Cartel de Garbancito de la Mancha

Garbancito de la Mancha y otros muchos hitos de la animación española se proyectan a partir de hoy en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, dentro del programa de cine Del trazo al píxel. Más de cien años de animación española. Realizamos un repaso a la historia de los dibujos animados en nuestro país.

La producción de Garbancito de la Mancha (Arturo Moreno, 1945), primer largometraje europeo animado en color y uno de los mayores éxitos cinematográficos de la época en nuestro país, estuvo plagada de complicaciones. El régimen franquista ya se había percatado de que el cine era un instrumento perfecto para difundir sus valores y en 1942 había estrenado Raza, con guión escrito por el propio Francisco Franco tras el pseudónimo de Jaime de Andrade. Esta película fue un éxito y la dictadura pretendió repetir el experimento con Garbancito de la Mancha, en este caso para insuflar a las nuevas generaciones el espíritu del régimen. "No era exactamente una película de propaganda pero sí que trataba de aleccionar a los niños en los valores cristianos y en lo que significa ser patriota", explica Carolina López, comisaria del programa de cine Del trazo al píxel. Más de cien años de animación española del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), que arranca hoy. "Fue una película realizada con un propósito claro y por ello se le dedicó el doble de presupuesto que a cualquier película de la época de imagen real".



Garbancito de la Mancha adaptaba un cuento de Julio Pemartín, autor de Teoria de la Falange, que había ilustrado Arturo Moreno. Los estudios Balet y Blay contrataron a este último para dirigir la adaptación al cine en unas condiciones muy complicadas. España estaba devastada por la guerra civil y no había ni materiales, que se tenían que importar, ni laboratorios de color. Por este motivo había que mandar a Londres, en plena Guerra Mundial, los rollos de película para que fueran revelados. Además no existía ni tradición ni industria. Arturo Moreno era un dibujante con talento pero inexperto en el cine, al igual que sus colaboradores a los que tenían que ir a buscar directamente a las escuelas. "La producción de la película fue realmente heroica y, si se tienen en cuenta las condiciones, los resultados son magníficos", explica Carolina López. "Es cierto que el tipo de animación es más limitado respecto al de otros países que ya tenían unas estructuras establecidas pero es una película interesante con momentos inspirados".



El cuento de Pemartín ya había sido un éxito y la película consiguió que la historia de Garbancito y el gigante Caravaca llegará a muchos más niños. Además la película estuvo acompañada de una moderna campaña publicitaria con todo tipo de merchandising: muñecos, álbumes de cromos... "Toda una generación recuerda a Garbancito como un personaje entrañable que caló muy hondo en la cultura popular de aquella época", explica López.



Los historietistas se pasan al cine

Radio RCA de Enrique Ferrán, circa 1935, Filmoteca de Catalunya

El programa de cine Del trazo al píxel. Más cien años de animación española del CCCB se divide en ocho sesiones en las que se proyectan las películas y piezas más destacadas de la historia de la animación en España. Aunque Garbancito de la Mancha fue la primera película de dibujos producida en nuestro país, anteriormente se habían realizado algunos trabajos con esta técnica, aunque la mayoría de ellos se han perdido. El zaragozano Segundo de Chomón, pionero del cine mudo y técnico de trucajes en infinidad de filmes, experimentó con el cine de animación en películas como L'Araignée d'or (1908) aunque lo hizo en Francia. En España son los dibujantes de historietas quienes desarrollan la animación y empiezan a dar vida a los dibujos que hacían para periódicos y revistas: Ricardo García (alias K-Hito), Josep Serra i Massana, Enrique Ferrán, Josep Escobar...



"En muchos casos eran caricaturas animadas de políticos de la época que se pasaban en el cine antes de las películas", explica la comisaria del programa. "Pero tampoco está documentado que hubiera muchísima producción y además muchas de estas piezas se han perdido para siempre". En los años 70, con la relajación de la censura del régimen, los dibujantes de historietas vuelven a desembarcar en el cine de animación. Es el caso de la revista El Papus que producirá el primer largometraje de animación para adultos en 1979, Historias de amor y masacre, hecho a base de cortos firmados por los dibujantes más corrosivos de la época: Óscar, Gila, Ivà, Perich, Chummy Chúmez y Jordi Amorós (JA), este último también realizador del conjunto. "En España, donde no ha habido tradición de escuelas de animación, el mundo de la historieta ha sido imprescindible".



Los Estudios Moro y la publicidad

El mago de los sueños de Francisco Macián, 1966, Colección Susana Rodriguez

Antes, en los años 50, con la economía estabilizándose y el surgimiento de la clase media, la publicidad se desarrolla de manera exponencial y se convierte en el mayor vivero de talento para el mundo de la animación. Los Estudios Moro es la gran productora del país, con miles de anuncios de animación e imagen real. Destaca por ejemplo el famosísimo Vamos a la cama de José Luis Moro. "Al igual que Garbancito en los 40, todos estos anuncios forman parte de nuestra cultura popular y nos dicen mucho de la sociedad de la época, de la situación de la mujer o de lo políticamente incorrecto, empezando por el negrito del Colacao", explica Carolina López.



Entre los artistas que trabajaron para los Estudios Moro destacó sobremanera Francisco Macián, que montó su propio estudio en Barcelona en 1955 y que en 1966 realizó su primer largometraje, El mago de los sueños, protagonizada por la familia Telerín del ya mencionado Vamos a la cama. "Toda esta generación de animadores, nacida al albor de los Estudios Moro, destaca por una modernidad absoluta respecto a la estética", opina la comisaria del ciclo. "Sus trabajos estaban influidos por una estética norteamericana, en su vertiente más estilizada, modern o jazzy, característica de los estudios UPA (United Production of America), responsables de personajes como Mr. Magoo". Todavía hoy se puede rastrear la influencia de los Estudios Moro en el trabajo de animadores actuales.



La edad de oro de la animación española

Chico y Rita de Fernando Trueba, 2011

"Desde hace 15 o 20 años hay una continuidad en la industria en cuanto a productores, creadores, animadores...", comenta Carolina López, que habla de la edad de oro de la animación española para referirse al momento actual. Películas como Chico y Rita (Fernando Trueba, 2011), Arrugas (Ignacio Ferreras, 2011), Nocturna (Adrià García, Víctor Maldonado, 2007) o incluso más comerciales como Planet 51 (Javier Abad, Jorge Blanco y Marcos Martínez; 2009), Las aventuras de Tadeo Jones (Enrique Gato, 2012) o Atrapa la bandera (Enrique Gato, 2015) han llamado la atención internacionalmente y son grandes embajadores de nuestra animación fuera de nuestras fronteras.



"El ADN de la industria de la animación española está orientado a lo internacional ya que desde el inicio se busca una colaboración con empresas de fuera porque las películas son proyectos muy costosos y necesitan un mercado más amplio que el español", explica la comisaria. Uno de los principales problemas de esta industria es que no puede absorber a todos los profesionales españoles por lo que hay una fuga de talento de artistas que acaban en Dreamworks, Pixar, Disney, Ardman... "Es un drama pero es casi más dramático que los productores españoles se planteen también marcharse porque no pueden realizar su trabajo con las facilidades fiscales de las que gozan en otros países", explica López.



@JavierYusteTosi