El director de Una jornada particular, máximo exponente de la commedia all'italiana, ha fallecido este martes en Roma

El cineasta italiano Ettore Scola, responsable de algunas de las cimas de ese género cinematográfico, cómico, localista y lleno de amargura que es la commedia all'italiana, con películas como Una jornada particular (1977) y La Familia (1984), falleció este martes a los 84 años en el hospital Policlínico de Roma, donde se encontraba ingresado tras haber entrado en coma el pasado domingo, según medios italianos. El director es una de las últimas leyendas del cine italiano y el primer ministro, Matteo Renzi, declaró que su muerte "deja un enorme vacío en la cultura italiana".



Scola dirigió su primera película, El millón de dólares, en 1964 y la última, Qué extraño llamarse Federico en 2013, cuando contaba ya con 82 años. Entre medias dirigió más de 30 películas y trabajó con algunos de los actores más carismáticos de cine italiano, como Marcello Mastroianni, Vittorio Gassman y Sophia Loren. Además, entre otros muchos reconocimientos, gano el premio al mejor guion en el Festival de Cannes en 1980 por La terraza.



Nacido en Trevico (Avellino) en 1931, Scola se inició en el mundo del humor en la revista Marc'Aurelio, donde se relacionó con otros grandes como Fellini, Scarpelli y Steno y ya en los 50 trabajó en cintas como Un americano en Roma (1954), La grande guerra (1959) y Crimen (1960).



Pero sin duda una de las fechas señaladas en la vida de este genio inolvidable del cine italiano fue 1964, cuando dio el salto a la dirección con el filme El millón de dólares, con Vittorio Gassman como protagonista. Tras ésta, vendrían otras cintas como El comisario y la dolce vita (1969) o El demonio de los celos(1970).



Autor de numerosas películas como Il sorpasso o La cena, quizá uno de los filmes más importantes en su haber fue Una mujer y tres hombres (Nos habíamos amado tanto) de 1974 en el que contó la historia de tres amigos Vittorio Gassman, Nino Manfredi y Stefano Satta Flores, todos enamorados de Luciana (Stefania Sandrelli).



Solo tres años más tarde, regaló al mundo del celuloide una de las joyas más importantes del cine italiano e internacional: Una jornada particular, película protagonizada por Sophia Loren y Marcello Mastroiani y su amor a la sombra del fascismo, que se convirtió en un clásico del séptimo arte.



Una de sus últimas películas fue Qué extraño llamarse Federico (2013), un documental homenaje a Federico Fellini que realizó en 2013 para conmemorar el vigésimo aniversario de la muerte del director de grandes obras como Ocho y medio (1963).



Nada más conocerse la noticia de su muerte, el mundo de la cultura y del arte de Italia se volcó en muestras de afecto y condolencias. El ministro italiano de Cultura, Dario Franceschini, describió a Scola en la red social de Twitter como "un gran maestro, un hombre extraordinario, joven hasta el último día de su vida".



"Participé en el filme La familia y fue una gran experiencia profesional y vital estar al lado de un hombre de grandísima inteligencia e ironía", subrayó el productor y actor Andrea Occhipinti. "Con él, perdemos un gran hombre, un hombre curioso de todo lo que sucedía, nunca hipócrita y siempre con una mente abierta", agregó.