Cuerpo, de Malgorzata Szumowska, una comedia en una sociedad absurda y surrealista

Malgorzata Szumowska compone en Cuerpo una árida tragicomedia sobre cómo las relaciones de poder someten a los cuerpos. Todo en esta película, la mejor de la directora y premiada en la Berlinale de 2015, se soluciona en un relato que se teje sobre pérdidas, silencios y hambre.

Dice Foucault en Vigilar y castigar que las relaciones de poder convierten al cuerpo en una presa inmediata. Y añade trágico: "Lo cercan, lo marcan, lo doman, lo someten a suplicio, lo fuerzan a unos trabajos, lo obligan a unas ceremonias, exigen de él unos signos". Cuerpo, de la directora polaca Malgorzata Szumowska, es consciente de ello. O sin serlo, se esfuerza en su película en reconocer tanto las huellas como, más importante, las señales que la sociedad (o las relaciones de poder, en la terminología del francés) graban en él. De eso trata la que hasta la fecha es, fuera de toda duda, su mejor película.



La cinta, que mereció la distinción a la Mejor Dirección en la Berlinale de 2015, relata la historia cruzada de un juez preocupado por la carne de las víctimas a las que diariamente dedica sus días y sus noches, y una terapeuta y psicóloga entregada a sanar lo que anima lo inanimado. Entremedias, la hija anoréxica del primero es a la vez paciente de la segunda. Todo en Cuerpo se soluciona en un relato que se teje sobre pérdidas, silencios y hambre, y cómo todo ello deposita su rastro en precisamente los cuerpos acosados.



Cuenta la directora que el primer impulso fue realizar una película sobre la enfermedad. "La inspiración fue siempre el cuerpo humano, pero desde una perspectiva muy particular. Empezamos a pensar en hacer una película sobre la anorexia, pero pronto lo descartamos porque es un tema muy hermético. Nos arriesgábamos a componer una historia extremadamente brutal que acabara por resultar incomprensible para el público". Y así, dice, a partir del personaje originalmente central de la joven herida por algo más que el simple hambre fue creciendo el relato de un padre que vive rodeado de cadáveres y una mujer cuyo único interés es olvidarse de lo físico del cuerpo.



De alguna manera, esta preocupación ya estaba presente en películas anteriores de la directora como Ellas, alrededor del mundo de la prostitución, y en Amarás al prójimo, sobre el sufrimiento de un sacerdote acosado por sus deseos. En ambos casos era el cuerpo, bien como herramienta de trabajo bien como objeto de pecado, la excusa para una reflexión sobre los rastros de su sometimiento. Ahora, un paso más allá, y de forma más incisiva y problemática, no se trata sólo de detenerse en la presentación más o menos espectacular del drama, sino de avanzar en la exposición hasta finalmente hacer daño. "Todos mis personajes intentan reemplazar algo y todos construyen una suerte de ilusión. Lo mismo pasa con el fiscal, que trabaja sin parar porque no sabe cómo ocuparse de su hija, que con ésta, obsesionada en comer o no comer como una forma de escapar de la realidad, que con la psicóloga, empeñada en huir de su vida a través de las vidas de los demás".



El dolor de las metáforas

Y es ahí, en ese empeño por la huida, por la falta de reconocimiento de sí mismos y de la realidad, donde la película adquiere el tamaño doloroso de las metáforas, de las descripciones acertadas. Y lo hace sin renunciar a la parodia. Cuanto más cómico, más doloroso. "Siempre quisimos que fuera comedia. La película está ambientada en una sociedad como la polaca algo absurda y muy surrealista. La idea era simplemente ser coherente con el ambiente del que surge. Quizá por ello, en Polonia se ha visto como un drama y buena parte de la crítica internacional la ha descrito como comedia", concluye.



Sea como sea, el resultado es una película descontrolada y caótica que luce en su irregularidad una de sus armas más poderosas para herir. Sin duda, una aguda crónica de cómo los cuerpos, por decirlo con Foucault, son cercados, marcados, sometidos a suplicios… convertidos en el signo de su tiempo, que es el nuestro.



@luis_m_mundo