Julien Rappeneau
El guionista francés Julien Rappeneau debuta como director con Rosalie Blum, una adpatación de la exitosa trilogía de novela gráfica de Camille Jourdy.
Pregunta.- No deja de ser curioso que su primer filme como director trate sobre un tipo que acaba logrando superar la sombra de su dominante madre... ¿Ha sentido alguna vez que le pesaban las posibles comparaciones con su padre?
Respuesta.- No sabemos por qué el inconsciente nos lleva a hacer determinadas cosas. Es cierto que me ha costado mucho dirigir mi primera película porque me provocaba inquietud, no había hecho la conexión. Durante muchos años ha habido muchas cosas que me bloqueaban, entre ellas que mi padre fuera un director conocido. Es cierto que la historia de Vincent trata sobre romper el cordón. Yo nací en una familia de cine, pero es difícil para mí decir que este es el motivo por el que escogí esta historia.
P.- Vemos unos personajes desorientados que viven sin disfrutar la vida.
R.- Es ese estado en el que no eres infeliz pero la rutina cotidiana ha eliminado toda poesía. Es una historia en la que los tres personajes aprenden a superar sus bloqueos y sus miedos. Hasta cierto punto han perdido la esperanza pero de todos modos, al igual que nosotros, nunca dejan de esperar que les ocurran cosas positivas. Hay momentos nuestra vida en que podemos soñar con cosas increíbles pero el miedo nos impide hacerlas. Estamos como atados por algunos hilos invisibles. En la película vemos que estos personajes se van a abrir a algo nuevo, pero no sabemos exactamente qué.
P.- ¿Tan difícil es romper ese cordón umbilical?
R.- Hace falta mucho coraje. El problema de algunos padres es que les hacen un chantaje emocional insoportable a sus hijos, y muchos no saben salir de allí.
Alice Isaaz y Kyan Khojandi en una escena de Rosalie Blum
P.- ¿Es la conexión con los demás lo que siempre hará que nos volvemos a sentir vivos?R.- Son siempre los otros los que nos ponen en movimiento. Es el contacto con los demás, crear relaciones profundas, lo que nos despierta y nos hace sentir vivos. Con frecuencia las mejores cosas las hacemos por amor o por amistad. Me gusta mucho la relación entre Aude y su tía Rosalie. En el marco de la familia nos podemos sentir más cerca de alguien que ha sido marginado. Son personajes que consiguen salir de su soledad.
P.- ¿En el filme quería convertir en héroes a personas que en la vida cotidiana no gozan de ninguna épica?
R.- Es eso precisamente lo que me gustó del cómicm que refleja que lo novelesco está por todas partes. Los personajes son personas que vemos todos los días, pero no reparamos en que en esa cotidaneidad hay secretos, hay complejidad y aventura. Tenemos esta pequeña historia de espionaje del peluquero que tiene un punto divertido y aventurero. Lo mismo ocurre si miramos un poco dentro de cada uno de nosotros. Todas esas personas que parecen normales muchas veces están locas.
P.- Esa idea del seguir a alguien también es muy novelesca. Recuerda un poco a Following, la primera película de Cristopher Nolan.
R.- De hecho la había olvidado y la volví a ver hace poco. Primero escribí este guión y después me acorde de él. Esa película es más policiaca. Pero hay una similitud en ese personaje que se pone a seguir a la gente. En este caso, Vincent comienza a hacerlo porque es una manera de salir lo cotidiano. La acción de seguir a alguien es muy cinematográfica porque está relacionada con la idea de la mirada. Podemos jugar con la mirada del espectador y dirigirla en una dirección y además cambiar el punto de vista. El filme va cambiando todo el rato según el punto de vista.
P.- Esa mirada de los demás, aunque sea a escondidas, también hace que los personajes vuelvan a mirar.
R.- Una vez más, es la estima de los demás lo que nos hace encontrar nuestra propia estima. En este sentido, cuando a Rosalie Blum comienzan a seguirla no tiene un efecto perverso sino benéfico.
P.- Hay guiños al indie como la canción de Belle and Sebastian pero ha evitado caer en los tópicos del cine independiente americano.
R.- No es que lo haya evitado a conciencia, es que es una película muy francesa. No sabemos muy bien dónde ocurre, pero tiene esa cosa del campo francés, mucho encanto pero también aburrimiento y melancolía.
@juansarda