Eric Toledano
Olivier Nakache (Suresnes, 1973) y Éric Toledano (Suresnes, 1971) se convirtieron en los reyes del cine europeo cuando su película Intocable (2011) arrasó en la taquilla como muy pocas películas han hecho antes. Entregados en cuerpo y alma a la comedia, después de Samba (2014) llega C'est la vie!, película que sitúan en una boda muy burguesa en la que, por supuesto, sale peor todo lo que podría salir. Un filme coral liderado por un estresado maestro de ceremonias (Jean Pierre Bacri) que debe lograr la proeza de que los invitados cenen y se diviertan, su jefa de equipo (Eye Haidara) no acabe a bofetadas con el cantante (Gilles Lelouche) o el fotógrafo (Jean-Paul Rouve) no se acabe el bufé. Una cacofonía nada fácil de orquestar que nos ofrece un divertido y mordaz retrato del mundo del trabajo y de las costumbres burguesas. Hablamos con Toledano sobre una película que él mismo considera que trata sobre el lenguaje.Pregunta.- Acabo de leer una crítica sobre su película que me ha dejado intrigado. Dice: "que el público se ría de forma ruidosa no significa que sea una buena comedia". ¿La principal función de la comedia es hacer reír o puede ser otra cosa?
Respuesta.- En general es bueno cumplir las promesas. Si haces una película de terror es bueno que la gente pase miedo y si haces una comedia es bueno que la gente se ría. La comedia suele ser considerada un género menor, despreciado por la crítica y los festivales. Pero nosotros tenemos mucha suerte porque nos nominan al Goya o nos seleccionan en el Festival de San Sebastián. Muchas veces se identifica este género con lo comercial pero la realidad es que es mucho más difícil hacer reír que hacer llorar. Por supuesto hay muchas cosas que mueven a la risa. Podemos reír porque te caes por el suelo pero también como catarsis ante situaciones muy duras que es lo que sucedía en Intocable y es el humor que a nosotros nos gusta. Si comienzas una película con un niño que pierde a su madre, todo el mundo llora. Pero la gente se ríe por cosas muy distintas. Hay gente que te dirá que hay cosas que no le hacen gracia y otros en cambio se morirán de la risa.
P.- ¿Quería establecer un paralelismo entre el objetivo del protagonista de organizar una boda con el propio hecho de hacer una película?
R.- Por supuesto es la misma cosa. Nos han dicho muchas veces que, de forma indirecta, hemos intentado contar un rodaje y hay mucho de cierto en ello, pero ya se han hecho muchas películas sobre este tema. En una película nadie ve a los técnicos que la realizan, igual que en una boda nadie se fija en las personas que la hacen posible. Es exactamente lo mismo.
P.- Como en Samba, vemos que reflejan el mundo del trabajo. ¿Por qué les interesa?
R.- En Francia decimos que el trabajo es la salud porque cuando no trabajamos enfermamos. Describir el mundo del trabajo le da una dimensión social a la película. Contamos toda la historia desde el punto de vista de los trabajadores. Jamás vemos la perspectiva de los novios o de los invitados. Lo que más nos interesa es la idea del equipo. Eso por una parte te da muchos puntos de vista. Por otra parte, vemos al protagonista, el jefe, como un director de orquesta. Al principio tenemos una cacofonía en la que todo el mundo se grita que poco a poco va encontrando su armonía. Es muy fascinante, por ejemplo, en el jazz ver como unos instrumentos se acompañan. Contemplamos este filme como una película sobre el lenguaje. Una cosa es que hablemos el mismo lenguaje y otra que hablemos la misma lengua. El lenguaje son palabras que aprendemos pero hablar la misma lengua y escucharse es complicado. Esta historia trata sobre un patrón que procura armonizar a su equipo para que hable esa misma lengua. Porque si no lo hacen esa noche no avanza como debería. Y la lengua más bella es la música. Por eso acabamos con ese número musical.
P.- En C'est la vie! vemos una Francia multicultural, ¿por qué les interesa tanto abordar este aspecto?
R.- En la sociedad francesa observamos con demasiada frecuencia que los árabes van con los árabes y los judíos con los judíos y no creo que sea un modelo de sociedad que nos convenga. Quizá en Estados Unidos que es muy comunitario pero no en Francia que tiene un modelo de integración. Soy de una familia que llegó de otro país. Ellos me contaron hasta qué punto la cultura francesa me puede integrar y me he integrado perfectamente. Creo que es un modelo que sí funciona y es irreversible que la sociedad vaya en esa dirección. No podemos dejar de mirar al otro por mucho que hablemos lenguajes diferentes porque como he dicho aun así podemos hablar la misma lengua. Por desgracia ya hay demasiadas guerras provocadas por la división y nunca sale nada interesante de eso. He visto la noticia de la trifulca entre unos kurdos y unos trucos en un aeropuerto de Alemania y allí ves hacia dónde va este modelo de división.
@juansarda