Image: Víctor Cabaco: Antes el obrero lo era a muerte, hoy está todo más diluido

Image: Víctor Cabaco: "Antes el obrero lo era a muerte, hoy está todo más diluido"

Cine

Víctor Cabaco: "Antes el obrero lo era a muerte, hoy está todo más diluido"

1 mayo, 2019 02:00

Hace 43 años, cuando recién despuntaba la Transición, sucedió en Vitoria la mayor matanza tras la muerte de Franco. Fue un 3 de marzo, el día en el que estaba convocada una huelga general para protestar por los bajos salarios y el alto precio de la vida. Cinco personas murieron durante la represión organizada por Arias Navarro, tres en el acto y dos más unos días después. Unos hechos luctuosos que el cine rescata para la gran pantalla de la mano del cineasta Víctor Cabaco (Santander, 1967) en Vitoria, 3 de marzo, filme que sirve como homenaje a los caídos "por luchar por un mundo mejor" y también como retrato de una época en la que no había móviles, los estudiantes protestaban y eran encarcelados y en todo el país reinaba una gran incertidumbre sobre el futuro inmediato. Alberto Berzal, en la piel de un periodista radiofónico que debe decidir entre sus ideales y el bienestar de su familia, y Mikel Iglesias y Amaya Aberasturi como pareja de jóvenes revolucionarios protagonizan este filme político en el que se reproducen los audios de las conversaciones por walkie talkie de los policías que participaron en la represión.

Pregunta. ¿Quería rescatar con esta película la memoria de ese matanza en Vitoria?

Respuesta. La intención de esta película es descubrir estos hechos. Allí está presente en el inconsciente colectivo porque el 3 de marzo es una fecha traumática pero se tapó. La matanza se solapó con el momento en el que ETA comenzó a tener más actividad criminal y se quedaron en un limbo. Fue también una época en la que pasaron muchas cosas y se quedó un poco escondido entre tantos acontecimientos. Se produjo asimismo la ley de amnistía en la que se perdonaron y se dejaron de investigar muchos actos horribles. Lo que sí es verdad es que las condiciones de los obreros mejoraron a partir de entonces. Lo que queremos es que mucha gente joven que quizá no conoce la historia sepa lo que pasó.

P. ¿Vivió en carne propia aunque fuera un niño esos hechos?

R. Mi familia vivía en Vitoria y conocía bien las circunstancias. Mi tío también vivía en Vitoria. Les he podido preguntar. Fue un momento muy convulso con muchas manifestaciones y había un ambiente obrero potente. Era un momento en el que había una inflación brutal y los sueldos no daban para nada. Había una lucha entre el sindicato y los comités de empresa, que eran quienes llevaban la voz cantante. Era un movimiento básicamente obrero que buscaba mejores salarios. Había mucha emigración del resto de España en el País Vasco y podía tener alguna ramificación política pero realmente no estaba claramente.

P. ¿Por qué cuenta la historia a través de una familia de emigrantes?

R. Es una historia de muchos lugares y que a través de la familia se articula una visión global de aquel año. Cómo eran las manifestaciones pero también el día a día y las relaciones personales. Era un momento en el que se escuchaba mucho la radio, la televisión no tenía tanta importancia y era a través de ese medio como se estructuraba la vida. Esta familia nos permite asomarnos a varios mundos distintos. Toca el mundo de los empresarios, de los obreros... nos permite acercarnos a la gente normal y también a las fuerzas vivas.

P. ¿Cuál es el papel de ese padre periodista que se debate entre el bienestar de su familia y sus ideales?

R. Antes la radio era del régimen. Hemos exagerado un poco los ideales para hacerlo más interesante pero está basado en el propio padre del guionista. Era una manera de manejar el conflicto, que es lo interesante. Lo que sucede en la vida es que uno empieza con unos ideales y luego con el tiempo van dando otro giro. Con la chica vemos ese proceso, cuando sucede la matanza de la iglesia se le rompen todos los esquemas. La idea que es que vayamos empatizando con los personajes para que todo fluya hasta el final. Se trata de que cuando ocurre algo grave lo sientes más.

P. ¿De qué manera mezcla imágenes reales de documentación con ficción?

R. Generamos también nuestras propias imágenes de súper 8. Para darle ese toque de realidad, de documento, queremos transmitir que no es una ficción. Eso nos ayuda a darle verosimilitud a la historia. Las escuchas policiales parece que están bien integradas pero son reales. Después, cuando descubres que son las de verdad, te quedas un poco impresionado. Es un valor añadido.

P. Termina con un rótulo en el que afirma que hoy existen muchos motivos para protestar como entonces. ¿Por qué la gente entonces no protesta?

R. No lo sé. Me lo preguntan mucho y creo que es difícil dar una sola respuesta. En los años 70 el que era obrero lo era a muerte. Ahora está más diluido todo. Hay tantas causas que todo se diluye. Incluso la implicación de las personas también está más diluida. En el siglo XIX el que era anarquista lo era a muerte y estaba dispuesto a inmolarse por esos ideales. Había ejército de gente que iba a luchar a las guerras. ¿Alguien puede imaginar ahora una internacional para ir a luchar a Irak o Afganistán?

@juansarda