Tras su paso por Cannes, este viernes llega a España Rocketman, el biopic sobre Elton John que aspira a repetir el éxito que Bohemian Rhapsody alcanzó la temporada pasada, con dos Globos de Oro (mejor drama y mejor actor para Rami Malek), cuatro Óscar (tres técnicos y, de nuevo, mejor interpretación masculina) y una recaudación de más de 900 millones de dólares en todo el mundo. Sin embargo, aunque la comparación es inevitable, no son muchos los puntos en común entre la película del repudiado Bryan Singer y la que estrena Dexter Fletcher, más allá de que ambos abordan con un gran sentido del espectáculo la peripecia vital de dos estrellas del pop británico.
Si en Bohemian Rhapsody asistíamos a un blanqueamiento de la figura del malogrado Freddy Mercury dentro de los márgenes del drama hagiográfico, aquí nos encontramos con una apuesta que prefiere indagar en el lado oscuro del rey del romanticismo kitsch a través del musical puro y duro. De esta manera, Rocketman encuentra su propia personalidad en el maremágnum de biopics musicales que nos asaltan todos los años.
El filme se sostiene en el trabajo de Taron Egerton, mimetizado con Elton John incluso en la interpretación vocal
Dirigida por el también actor Dexter Fletcher, habitual del cine de género, el filme se sostiene en el impecable trabajo de Taron Egerton (Kingsman: servicio secreto), mimetizado con Elton John incluso en la interpretación vocal –algo que el premiado Rami Malek no podría decir de su insuficiente imitación de Freddie Mercury–. El actor se muestra convincente en cualquiera de las etapas de la vida del cantante que atraviesa la película, desde la adolescencia a su renacimiento personal tras abandonar las drogas y los excesos en los 90.
La piedra de toque del relato se encuentra en la relación de pura amistad que mantuvo el protagonista con su fiel y leal letrista, Berni Taupin, al que da vida Jaime Bell. Él, junto a la abuela interpretada por Gemma Jones, es el único personaje que representa una influencia positiva en la vida de Elton John. En el lado de los traumas y de las relaciones tóxicas, encontramos a un padre estricto e incapacitado para mostrar afecto (Steven Mackintosh), una madre caprichosa y algo cruel (Bryce Dallas Howard) y un representante, John Reid (Richard Madden), que traza en pantalla el trayecto de ardiente pareja a parásito del éxito.
Emocional y vibrante
Dexter Fletcher, que ya había trabajado con Taron Egerton en Eddie el Águila (2015) y dirigido el simpático musical Amanece en Edimburgo (2013), logra tejer un filme emocional y vibrante gracias a números musicales de gran factura técnica que, además de tener un sentido narrativo y hacer avanzar la acción, dan vuelo a canciones como Saturday Night’s Alright for Fighting o la propia Rocket Man. Y el guion de Lee Hall, autor del libreto de Billie Elliot (2000) –que el propio Elton John convirtió en musical para Broadway–, no tiene miedo de mostrar la cara menos complaciente de la personalidad del cantante.
De hecho, la historia arranca con el autor de Your Song llegando a una terapia de grupo para tratar de enfrentarse de una vez por todas a su adicción al alcohol, a la cocaína, al sexo, a las pastillas y a las compras. Desde ahí, y a través de flashbacks en progresión lineal, vamos conociendo el auge y la caída del hombre cohete. Sin embargo, el excesivamente subrayado trauma paterno-filial es el punto más débil de un relato que, en cambio, sí consigue celebrar el talento y el legado de uno de los más grandes compositores de la música pop.