¿Qué libro tiene entre manos?
Exactamente lo que se espera de mí: la autobiografía de Woody Allen. No he podido esperar a la traducción.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
La falta de interés personal en lo que leo.
¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?
Con Einstein, para que me contara como le llevó su imaginación hasta la Relatividad General.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
Uno de Emilio Salgari. Excitó mi imaginación.
¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura?
Leo por la tarde. En tableta cuando son libros nuevos, en el formato de siempre, que prefiero mil veces, cuando vuelvo a leer los libros de siempre.
¿Tiene buena salud la comedia española?
Hay muy buenos comediantes, mejores que nunca, monologuistas, actores, creadores en general. Los cómicos manchegos son un filón inacabable.
¿Cree que sus películas han revolucionado o actualizado un género tan nuestro?
Revolucionar es una palabra muy seria. Creo que yo he apostado por el cine de comedia musical y la sátira sociopolítica.
¿Qué significó El otro lado de la cama en su carrera?
La demostración de que siguiendo mis gustos y mi intuición, y no haciendo ningún caso a las propuestas y miedos de los demás, me iba a encontrar con el público. Algo muy importante cuando eres responsable de gastar un montón de dinero ajeno.
¿Era necesaria la saga Ocho apellidos para construir puentes entre posturas insalvables?
No la hice por eso. Odiaba la utilización del conflicto vasco posterior a ETA como coartada política para cualquier situación, y odiaba el disparate nacionalista, sobre todo cuando se ponía el disfraz de izquierdas. Y creía que la gente estaba hasta el gorro de ambas cosas, daba igual que fueran sevillanos o de Mondragón.
¿Con qué película se ha puesto más serio?
Con dos: Las 13 rosas y La voz de su amo. Ambas están encuadradas en momentos históricos muy trágicos y llenos de violencia criminal.
¿Ha hecho internet más fuerte la industria cinematográfica o por el contrario ahora es más vulnerable?
Depende de qué parte de la industria hablemos. Se rueda más que nunca. Y también peor que nunca.
¿Qué película le ha impactado recientemente?
Ventajas de viajar en tren, de Aritz Moreno. Dar forma visual a esa historia tan imaginativa era un reto.
¿Le importa la crítica, le sirve para algo?
Solo me ha servido para pasar malos ratos, aunque siempre he respetado su labor. A distancia.
¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
En pintura, como no soy un entendido, tiendo a desconfiar de lo que no me recuerda a nada conocido. Como los productores de cine y los guiones...
¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
Como soñar es gratis, de Klimt.
¿Qué libro le recomendaría al presidente del Gobierno?
El libro de Job.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
No me gusta España. Pero creo que me gustarían menos otros países menos risueños. Por el norte de Europa creen que estamos siempre abrazados, pero en realidad podemos odiarnos con enorme frivolidad. El actual presidente de la Generalitat es una muestra más que elocuente.
¿Qué primera medida tomaría tras la pandemia para mejorar e impulsar la situación cultural de nuestro país?
Intentar lo imposible: negociar una ley educativa mayoritaria en la cámara e impulsarla con todo el dinero que se pudiera detraer de otras prioridades. Sería indispensable rebajar el papel de la Iglesia Católica y de los nacionalismos y provincianismos diversos. Como se ve, utopía pura.