El Festival de Cine Alemán ha perdido en la edición que arranca este viernes, la número 22, su filiación madrileña. La crisis del coronavirus ha impedido que el certamen se desarrolle en las condiciones habituales y la programación salta de la añorada pantalla del cine del Palacio de la Prensa a las televisiones que dominan las salas de estar de todo el país, gracias a la plataforma de streaming Filmin. Lo que no varía es la intención de la organización demostrar la gran variedad que exhibe la cinematografía germana.

El festival abre una senda hacia la subversión y el riesgo con Schlingensief. Una voz rompiendo el silencio, documental que nos acerca a una figura indispensable de la cultura alemana reciente. La película repasa la trayectoria del grand enfant terrible del teatro y el arte europeo, Christoph Schlingensief, fallecido en 2010 antes de cumplir los 50 años por un cáncer de pulmón. Famoso por haber escandalizado al público del Festival de Bayreuth con una exagerada y caótica puesta en escena del Parsifal de Richard Wagner, o por haber colgado en la Documenta de Kassel de 1997 un cartel que rezaba ‘Mata a Helmut Kohl’ que le acarreó no pocos problemas, Schlingensief fue también un cineasta provocador y muy controvertido.

Influido por la estética trash y por el gore, en sus películas –sobre todo en la trilogía compuesta por 100 años de Hitler (1989), La masacre alemana de la motosierra (1990) y Terror 2000 (1992)– se dedicó a indagar en las consecuencias de la reunificación, revelando su relación de amor-odio con Alemania y sus ambivalentes sentimientos respecto al clasismo y la alta cultura. “Mi objetivo ha sido mantener viva la memoria de Christoph como amigo y artista”, ha asegurado la directora del documental, Bettina Böhler, montadora de dos de los largometrajes de Schlingensief. Así, la película funciona como una compilación de los trabajos de este inolvidable artista multifacético, entrelazados con imágenes en Super 8 que grabó durante su infancia e hilados por su propia voz.

Schlingensief. Una voz rompiendo el silencio

En el fuego

Pero Schlingensief no es el único director que ha puesto a su país frente a un espejo que devuelve la imagen más oscura. El cineasta Christian Alvart también indaga en esa época crucial que fue la reunificación para la historia alemana en su nuevo filme, Un país libre (Free Country), que inaugura el festival. Alvart consigue revelar los demonios del pasado y la hostilidad acumulada durante décadas en el seno de una sociedad dividida a través de la historia de dos investigadores, interpretados por Trystan Pütter y Felix Kramer, a la caza de un asesino en serie. Lo curioso del filme es que el director ha optado por adaptar el guion de uno de los éxitos españoles más impactantes de los últimos años, La isla mínima (Alberto Rodríguez, 2014), en un operación que resulta llamativa por atípica entre ambas cinematografías.

Como los detectives de Un país libre, también viaja a un lugar peligroso la protagonista de En el fuego, el nuevo filme de Daphne Charizani. Se trata de una soldado alemana con raíces kurdas que se ofrece voluntaria para entrenar a guerrillas que luchan contra el ISIS en Irak, pero que tiene como objetivo secreto encontrar a su hermana en el país árabe. Como ocurría en su primer largo, Madrid (2003), Charizani aborda de nuevo en este filme la perspectiva identitaria de personajes atrapados entre dos culturas.

'En el fuego'

Más amable y ligera es la apuesta de Vanessa Jop en El espacio entre la líneas, adaptación del best-seller internacional de Daniel Glattauer, Contra el viento del norte. La directora, especializada en dramas románticos, cuenta la historia de dos extraños que, por un error fortuito, inician una correspondencia por

correo electrónico que pondrá sus vidas patas arriba.

El festival también abre una ventana para atisbar a los nuevos talentos del cine alemán. Habrá que estar atentos a lo que ofrecen las tres óperas primas de la programación: Mi final. Tu comienzo, Coup y Nada más perfecto. La primera, dirigida por Mariko Minoguchi, inserta una historia de amor en una trama de ciencia ficción que indaga en sensaciones como el déjà vu. La segunda es una comedia de acción dirigida por Sven O. Hill que parte de un hecho real que ocurrió en el verano del 88: un hombre de familia que le robó varios millones al banco en el que trabajaba gracias a un fallo en el sistema de seguridad. Y la tercera retrata la melancolía de la juventud en los tiempos de las redes sociales a través de la historia de Maya, una joven de 16 años con tendencias suicidas.

Cuenta atrás

De las doce películas que conforman la programación del festival, dos están dedicadas al público infantil. Se trata de Alfonso Mofletines. Cuenta atrás para el caos, de Mark Schlichter, la historia de un chaval obsesionado con ser astronauta, y TKKG, de Robert Thalheim, adaptación de una de las series de novelas juveniles más populares en Alemania, protagonizado por cuatro adolescentes que tienen que resolver todo tipo de misterios.

'TKKG'

Completan la programación otros dos documentales. En Lost in Face, Valentin Riedl retrata a Carlotta, una encantadora mujer de cincuenta años que padece desde su nacimiento un grado extremo de prosopagnosia o ceguera facial, por lo que no se reconoce en el espejo y nunca ha sido capaz de retener un solo rostro en toda su vida. Por su parte, Sabine Herpich se introduce en El arte lo dices según te sale decirlo en el estudio artístico Mosaik de Berlín, donde personas con discapacidades se entregan a la creación, que adquiere una dimensión insólita.

Por último, el festival también ofrece una selección de 13 cortometrajes y un curso sobre los rebeldes y olvidados del cine alemán impartido por el crítico Javier H. Estrada.

@JavierYusteTosi