La directora y guionista italiana Lina Wertmüller ha fallecido este jueves a los 93 años, según informan medios locales. Fue la primera mujer nominada al Óscar a la mejor dirección, por Pascualino: Siete bellezas en 1977, y recibió en 2019 el Óscar honorífico de manos de otra de las grandes del cine italiano, Sophia Loren. A lo largo de su carrera a estrenado películas como Amor y anarquía (1973), Insólita aventura de verano (1974), Delirios de un marido (1984) o Mi querido profesor (1992), en donde mostraba sin tapujos su compromiso político. Su personajes solían ser anarquistas y feministas que se enfrentaban a conflictos de naturaleza socio-económica, pero la directora nunca dejaba de lado el surrealismo, el sarcasmo o lo grotesco, por lo que siempre se la emparentó con los grandes de la comedia italiana.
Wertmüller nació en Roma en 1928 en el seno de una familia acomodada de origen suizo y en su juventud encaminó sus pasos hacia la interpretación. Estudió en la Academia de teatro y debutó como directora en un espectáculo de marionetas. En 1962 trabajó como asistente de dirección en Ocho y medio de Federico Fellini y, un año más tarde, debutó en la dirección con Il Basilischi, sobre un grupo de muchachos en el sur de Italia, escenario que sería recurrente en su cine.
A esta película le siguieron otras como Hablemos de hombres (1965) o La pícara Rita (1966) que también tuvieron cierto éxito, pero no fue hasta 1972 cuando Wertmüller comenzó a ganar cierto prestigio con su primera colaboración con el actor Giancarlo Giannini, Mimi. Metalúrgico herido en su honor, sobre un obrero siciliano que se marcha a Turín tras perder su trabajo. El tándem, Wertmüller y Giannini, volvería a trabajar en Amor y anarquía (1973), Insólita aventura de verano (1974) y Pasqualino: Siete bellezas (1975) y La vida indomable (1976), siendo la época de mayor éxito de su carrera. Su salto a Hollywood con En una noche repleta de lluvia (1976) se saldó con un sonoro fracaso que abortó la posibilidad de una carrera internacional. Wetmüller era aficionada a los títulos enrevesados e larguísimos para sus filmes. Por ejemplo, Film d’amore e d’anarchia overo: stamattina alle 10 in via dei Fiori nella nota casa di tolleranza... (1973) o Fatto di sangue fra due uomini per causa di una vedova. Si sospettano moventi politici (1978).
Su mayor logro internacional fue aquel que la convirtió en una pionera del cine por la nominación al Óscar, Pascualino: Siete bellezas. La película transcurre en el Nápoles de los años 30, en donde el taimado y oportunista Pasqualino intenta por todos los medios hacer carrera en la camorra, para alcanzar una posición de relieve dentro de su clan. Irónicamente apodado “Settebellezze” (siete bellezas), por la fealdad de sus hermanas, este pendenciero intenta rescatar su propio honor amenazando al hombre que ha obligado a prostituirse a una de ellas. La película obtuvo tres nominaciones más a los premios de la Academia: mejor actor, mejor película extranjera y mejor guion original.
En la década de los ochenta comenzó la disipación de Wertmüller en la escena internacional. Salvo por títulos como el drama criminal Camorra: contacto en Nápoles (1985) –con Ángela Molina y Harvey Keitel– o el drama seropositivo Una noche de claro de luna (1989) –protagonizado por Rutger Hauer y Nastassja Kinski–, pocos de sus trabajos lograron llamar la atención fuera de Italia. Wertmüller estuvo casada con Enrico Job, diseñador artístico que ha trabajado en varias de sus películas, hasta su muerte en 2008. Autora de más de treinta películas además de obras de teatro, guiones, libros u óperas, también posee un Globo de Oro y un David di Donatello. Su último proyecto fue Maldita miseria (2009).