Peter von Kant, película con la que el director francés François Ozon rinde tributo a Reiner Maria Fassbinder, abre la 72 edición de la Berlinale, que vuelve a ser presencial -aunque las salas se tengan que conformar con el 50 % del aforo-. Si el año pasado la organización, con Carlo Chatrian al frente, optó por salvar los muebles con un certamen online y una selección de películas de perfil bajo ante el recrudecimiento de la pandemia, en 2022 el cine retoma con fuerza la capital alemana.
La sección oficial ofrece una gran noticia para nuestro cine, en horas bajas los últimos años en el certamen. Por primera vez desde el 2000, cuando compitieron José Luis Garci con You're the One y Agustí Villaronga por El mar, habrá dos directores españoles. Carla Simón presentará Alcarràs, su segundo filme tras Verano 1993, la historia de una familia que tiene que abandonar las tierras de Lleida en las que lleva generaciones cultivando la misma tierra después de realizar juntos la recogida de su última cosecha.
Por su parte, Isaki Lacuesta, tras ganar su segunda Concha de Oro en San Sebastián con Entre dos aguas en 2018, regresa con Un año, una noche, filme en el que seguimos a dos parejas que deben hacer frente a cuestionamientos éticos, relaciones personales y traumas un año después del trágico atentado de la sala Bataclan. Una emotiva historia de amor y superación, protagonizada por Nahuel Pérez Biscayart, Noémie Merlant, Quim Gutiérrez y Alba Guilera, y con Natalia de Molina, Enric Auquer y el cantante C. Tangana, que debuta como actor, completando el reparto.
El regreso de los grandes
Grandes nombres se disputarán el Oso de Oro, lo que pondrá caro el galardón para los representantes españoles. El cine europeo estará bien representado por la francesa Claire Denis, que estrena Avec amour et acharnement, un drama sobre un triángulo amoroso con Juliette Binoche, Vincent Lidon y Grégoire Colin en cada uno de sus vértices; por el austríaco Ulrich Seidl, uno de los mayores provocadores del cine contemporáneo, especializado en retratar los rincones más oscuros del alma humana, que estrena Rimini, y por el veterano realizador italiano Paolo Taviani, que en Leonora Addio afronta su primera película en solitario tras la muerte de su hermano Vittorio.
Desde norteamérica llega el canadiense Denis Côte, experto retratista de mundos marginales, que explora la sexualidad de tres mujeres en Un été comme ça, y la guionista estadounidense Phyllis Nagy, autora de la adaptación de Carol (Todd Haynes, 2015), que debuta en la dirección con Call Jane, un filme en el que aborda el tema del aborto de la mano de las actrices Elizabeth Banks, Sigourney Weaver y Kate Mara.
Por su parte, dos de los más prestigiosos cineastas asiáticos también pugnarán por el máximo galardón del festival. Por un lado, el camboyano Rithy Panh, que con sus documentales se han convertido en el guardián por excelencia de la memoria histórica de su país, presenta Everything Will Be Ok, otro de sus trabajos de no ficción con muñecos de títeres en el que habla sobre el totalitarismo, la democracia y una nueva forma de comunicación. Por otro lado, el prolífico surcoreano Hong Sang-soo, autor de un cine esencialmente hablado y preocupado por revelar con un enfoque naturalista las profundas preocupaciones de sus personajes y las inclemencias de sus pasiones, regresa a la Berlinale con The Novelist’s Film, en el que vuelve a contar con su musa y pareja Kim Min-hee.
En una sección oficial con 18 películas -siete de las cuales están dirigidas por mujeres-, habrá que estar atentos también por si salta la sorpresa con la inevitable cuota de cine alemán -Nicolette Krebitz y Andreas Dresen-, con los suizos Michael Koch y Ursula Meier, el francés Mikhaël Hers, la indonesia Kamila Andini, la mexicana Natalia López Gallardo o el chino Li Ruijun. Todo está en manos ya del presidente del jurado, el ínclito M. Night Shyamalan. Sin olvidar que en otras secciones aparecen nombres tan destacados como los de Bertrand Bonello, Ruth Beckermann, Arnaud des Pallières y Peter Strickland.