¿Qué libro tiene entre manos?
La única. María Casares, una biografía escrita por Anne Plantagenet y Patria, de Fernando Aramburu.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
Si después de unas cuantas decenas de páginas no tengo la sensación de haber conectado, de haberme sentido interpelado, no me duele abandonarlo.
¿Con qué personaje le gustaría tomar un café?
La primera persona que me viene a la cabeza es Voltaire. O Rousseau.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
Una colección infantil en la que hubo varios que me encantaron como Konrad o el niño que salió de una lata de conservas, de Christine Nöstlinger, Elvis Karlsson (y sus secuelas), de Maria Gripe, y toda la serie de El pequeño Nicolás, de Goscinny y Sempé.
¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura?
Para leer sigo prefiriendo el papel. Y me gusta ver todos los libros juntos.
¿Qué acontecimiento cultural le hizo cambiar su manera de ver el mundo?
Las vanguardias de principios del siglo pasado.
¿Se ha inspirado en alguien para Código emperador?
En muchos hechos y en muchas personas. Cuando Jorge Guerricaechevarría y yo empezamos a hablar del proyecto, comentamos un montón de noticias de los últimos años (en realidad, de las últimas décadas) y partiendo de todas esas historias nació la de nuestro protagonista.
¿Cree que el poder no puede vivir sin una cara oculta?
Prefiero pensar que debería ser posible (o que lo será algún día), pero la realidad parece empeñada en demostrar lo contrario.
¿Propulsó Hierro su carrera?
Sin duda. No es que ahora sea todo fácil y gozoso pero sí notamos –y lo he hablado con mi hermano Pepe y con Alfonso Blanco, el productor– que al menos hay más confianza en que nuestro criterio puede crear obras de calidad.
Luis Tosar, Candela Peña… ¿Busca siempre actores con carácter?
Busco que sean buenos. Me interesan los actores y las actrices que le echan pasión al asunto y que arriesgan.
¿Qué tipo de música escucha habitualmente?
Antes escuchaba mucho rock de los años 60 y 70, pero en los últimos tiempos estoy escuchando bastante pop. Billie Eilish, Jain, Angele, Dua Lipa... Y por otro lado, siempre tuve una querencia especial por la música folk (Tanxugueiras, Budiño, Uxía, Carlos Núñez, Milladoiro, Berrogüetto...).
¿Cómo está viviendo la revolución de las plataformas? ¿hacia dónde va el cine?
Es difícil preverlo. Espero que la llegada de las plataformas conviva con la exhibición en salas porque no sólo se trata de ver las películas en pantallas más o menos grandes y con más o menos calidad de imagen y sonido, sino de qué modelo de sociedad queremos cultivar.
¿Le importa la crítica, le sirve para algo?
No puedo evitar que me importe. Al fin y al cabo, hacemos obras para que los demás las vean y disfruten con ellas.
¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
No sé si “entenderlo” es la palabra, pero disfrutarlo en muchos casos sí.
¿Cuál ha sido la última exposición que ha visitado?
Pues fue la de un amigo: Antonio Murado.
¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
Pues ya puestos, de Antonio Murado.
¿Le gusta España? Denos sus razones
Me gusta muchísimo el país que yo veo. Un lugar con una mezcla preciosa de culturas, lenguas, paisajes, gastronomías... de formas de ver y de estar. Un lugar mucho más rico e interesante que lo que algunos parecen querer que sea.
¿Qué medida urgente tomaría para superar la crisis del sector cultural?
Decía Berlanga que para solucionar los problemas del cine bastaba con traducir las leyes francesas y aplicarlas aquí.