Cómicos (1954): el teatro, al desnudo

Tras la ruptura con Luis García Berlanga, Juan Antonio Bardem eligió para su primer filme el tema del teatro, que conocía de cerca por ser hijo de dos reputados actores de la escena, Rafael Bardem y Matilde Muñoz Sampedro.

Influido también por Eva al desnudo (1950), de Joseph L. Mankiewicz, la película desvela los sinsabores de la profesión –penurias, inestabilidad, celos…– a través de la historia de Ana Ruiz (la argentina Elisa Galvé), una joven actriz secundaria de una compañía ambulante a la que el empresario Carlos Márquez (Carlos Casaravilla) ofrece un papel protagonista con la condición de que se convierta en su amante.

A pesar de la dureza de la premisa, estamos ante una mirada conmovedora a los cómicos de la época, con un Bardem entregado que enriquece el tono realista del filme con planos expresionistas y pasajes oníricos, haciendo gala de su vasta cinefilia. La película compitió en la sección oficial de Cannes.

'Comicos'

Muerte de un ciclista (1955): los pecados de la alta burguesía

Premio de la Crítica Internacional en Cannes, Muerte de un ciclista encumbró a Bardem y lo puso también en el punto de mira de una censura que inexplicablemente pasó por alto la gran carga crítica del filme, con secuencias tan atrevidas como la revuelta estudiantil.

Es la primera de sus películas que apunta a los pecados de la alta burguesía, a través del personaje de María José (Lucía Bosé), mujer de un rico empresario a la que solo le importa salvar el pellejo tras atropellar a un ciclista en compañía de su amante Juan (Alberto Closas). Este, profesor universitario, sí sufrirá la culpa y el remordimiento por lo sucedido.

La película tiene la forma de un noir clásico de Hollywood, aunque el gusto del director por el neorrealismo se manifiesta en no pocas ocasiones, y un montaje genial lleno de transiciones ingeniosas, además de unas composiciones de plano que siempre denotan más de lo aparente.

'Muerte de un ciclista'

Calle Mayor (1956): asfixia en una ciudad de provincias 

La película en la que Bardem mejor equilibra la intención política y la forma cinematográfica. La radiografía del irrespirable clima social generado por el nacionalcatolicismo en una ciudad de provincias es nítida y reveladora.

Un grupo de jóvenes, que cada noche se divierten al etílico estilo de Los inútiles (1953) de Federico Fellini, convencen a Juan (José Suárez) para que le haga creer a la solterona Isabel (Betsy Blair) que va a casarse con ella. Isabel, ingenua y sensible, se enamora como una adolescente y Juan pronto se da cuenta de que está en un callejón sin salida.

Destaca el tacto de Bardem para perfilar con ternura a su personaje femenino en un filme premiado en Venecia y que parte del molde del melodrama de Hollywood.

Algunas secuencias son inolvidables: la silente declaración de amor en la procesión, la repentina pulsión asesina de Juan, el momento en el que se revela la verdad mientras un hombre afina un piano…

'Calle Mayor'

La venganza (1958): épica a todo color en Castilla

La venganza fue la primera película española nominada al Óscar y recibió otro Premio de la Crítica en Cannes. Estamos ante un drama rural que recoge la travesía estival de una cuadrilla de segadores andaluces por los campos de trigo de Castilla, bajo un sol abrasador. Un filme ambicioso, épico en muchos momentos, con un arrebatador uso del color, que fue muy castigado por una censura que tenía ya enfilado a Bardem por sus anteriores trabajos.

El director tuvo que cambiar el título Los segadores, trasladar la acción de los años 50 a los 30 y cortar escenas y diálogos, y aun así consiguió que el filme siguiera siendo un alegato por la reconciliación nacional.

La película, que bebe del wéstern, se ve algo lastrada por la convencional historia de amor a lo Romeo y Julieta entre el personaje del italiano Raf Vallone y el de Carmen Sevilla, que afrontaba aquí su primer papel dramático. Un filme de culto.

'La venganza'

Los inocentes (1963): Seco melodrama en Argentina

Uno de los filmes de Bardem más depurados formalmente, en la línea del mejor Michelangelo Antonioni. Un melodrama seco y áspero que nos lleva a los ambientes frívolos y arrogantes de la clase social adinerada retratados ya en Muerte de un ciclista.

El protagonista es Guido (Alfredo Alcón), un empleado de banca cuya mujer fallece junto a un rico industrial en un accidente de coche, lo que saca a la luz una posible infidelidad. Tocado en el orgullo, Guido acude a la mansión de los Errazquin para devolver la indemnización por el trágico suceso, y allí conoce a la joven Elena (Paloma Valdés), con la que comienza una relación.

Triunfa Bardem al establecer cómo la dignidad y el amor no sobreviven en un mundo en el que el dinero marca de manera inevitable las relaciones humanas. El filme tuvo que rodarse en Argentina tras ser Bardem cancelado por producir Viridiana de Buñuel, que provocó un sonoro escándalo.

'Los inocentes'

Nunca pasa nada (1963): la francesa y el doctor amargado

Si Los inocentes es un regreso a Muerte de un ciclista, Nunca pasa nada revive el mismo clima provinciano, asfixiante e hipócrita de Calle Mayor, hasta el punto de que algunos críticos quisieron desmerecer el filme apodándolo Calle Menor. Hoy resulta del todo injusto, pues es uno de los grandes logros de Bardem, otro melodrama de hechuras clásicas con uno de los finales más demoledores del cine español.

La película arranca cuando una explosiva actriz francesa de variedades (Corinne Marchand) es abandonada por su compañía en un pueblo para que sea operada de apendicitis, creando a su llegada un gran revuelo entre los vecinos. El médico que la trata (Antonio Casas), un hombre casado, despótico y amargado, se enamora perdidamente de ella y alarga artificialmente su convalecencia. Mientras, empiezan a surgir rumores de la relación entre ambos que llegan a oídos de su mujer (Julia Gutiérrez Cava).

'Nunca pasa nada'

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