¿Qué libro tiene entre manos?

Pureza, de Jonathan Franzen, A sangre y fuego, de Manuel Chaves Nogales, y Diez negritos, de Agatha Christie.

¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?

La paternidad u otro libro que se me cruce.

¿Con qué personaje cultural le gustaría tomar un café?

Stefan Zweig, es una de las grandes mentes del siglo XX con destino trágico incluido.

¿Recuerda el primer libro que leyó?

Probablemente El pirata garrapata (risas), pero el que recuerdo leer a las 14 años y que me voló la cabeza fue Demian, de Hermann Hesse.

¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura?

Siempre en papel, soy incapaz de leer en digital, necesito sentir el tacto y el grosor del libro.

¿Qué acontecimiento cultural le hizo cambiar su manera de ver el mundo?

Fue en 2005 en la Escuela de Cine de La Habana. Lo que me cambió no fue la escuela sino mis compañeros.

Vuelve al cine después de Mindscape (2013), casi veinte años...

En realidad, después de esa película rodé Teresa (2015) para televisión. Hacer cine es un pequeño milagro. También he estado ocupado rodando series y eso me ha restado energía y tiempo para pensar en el cine.

¿Qué le lleva ahora al mundo de los objetos perdidos?

Un objeto perdido encierra de manera natural varios misterios ¿A quién pertenecía? ¿Quién lo perdió? ¿Cómo se perdió? El misterio es la base del cine que hago.

¿Cómo investigó el mundo de Objetos?

Leí un libro que me recomendó el guionista Natxo López, El proxeneta, de Mabel Lozano. Toda la documentación me llevó a decidir que narraría Objetos como una fábula, una especie de cuento moral.

¿Por qué le gusta trabajar los códigos del thriller?

Es el género más completo, tiene hueco para el terror, la comedia y su base es el drama, pero narrado a través de una intriga.

El ministerio del tiempo, Gigantes, El embarcadero... ¿Qué le empuja hacia las series?

Mas allá de la duración y el espacio para desarrollar un arco dramático no veo ninguna diferencia entre una serie y un largometraje.

¿Qué tipo de música escucha habitualmente?

Escucho mucho pop indie español: Iván Ferreriro, Diego Vasallo, Xoel López, Love of Lesbian

¿Qué película ha visto más veces?

Taxi Driver. La visito cada poco.

¿Se ha enganchado a alguna serie?

Pocas veces. Better Call Saul ha sido la última.

¿Le importa la crítica, le sirve para algo?

Me importa, aunque no quiera reconocerlo. De todos modos, cuando ruedo pienso todo el tiempo en el espectador.

¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?

Me gusta el arte contemporáneo que se mezcla con lo audiovisual, el que me muestra formatos desconocidos.

¿Cuál ha sido la última exposición que ha visitado?

Ragnar Kjartansson: Paisajes emocionales, en el Thyssen. Logra un efecto hipnótico en el visitante. Puedes detenerte delante de cada pantalla como un auténtico voyeur. Consigue que cuando estás cómodo y te sientes con el control de la obra todo gire para llevarte a un sitio nuevo.

¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?

De Marc Chagall.

¿Le gusta España? Denos sus razones

Por trabajo y por placer he viajado mucho alrededor del mundo y creo que España, quizá junto a Italia, son los mejores países para vivir. Por el clima, por la gente, por la comida y por la seguridad que hay en las calles.

¿Qué medida urgente tomaría para superar la crisis del sector audiovisual?

El sector audiovisual siempre ha estado en crisis, forma parte de su naturaleza. Creo que haría un fondo de desarrollo estatal financiado con la lotería, como en Irlanda, para que los autores puedan vivir solo de crear historias.