Había muchas expectativas puestas en Al descubierto. Sobre el papel, la historia no puede ser más apasionante, como queda de manifiesto en el libro She Said (Libros del KO), en el que está basada. Nada menos que la investigación de dos reporteras del New York Times (interpretadas por Zoe Kazan y Carey Mulligan) que desvelaron la trama de las sistemáticas agresiones sexuales del todopoderoso productor Harvey Weinstein. Un escándalo que originó el movimiento #MeToo y que puso fin a décadas de silencio sobre los abusos sufridos por las actrices en Hollywood.
Se preveía que fuera una de las grandes candidatas al Oscar. Es sabido el gusto de la industria cinematográfica por sus propias historias. Y más en este caso, una excusa perfecta para lavar su mala conciencia. Sin embargo, el hecho de que sólo haya conseguido una nominación a los Globos de Oro (Carey Mulligan, actriz de reparto) no crea muchas expectativas.
Hay que reconocer que no es tarea fácil construir una película a base de conversaciones telefónicas, voces en off y tediosas reuniones de redacción. Infinidad de nombres, fechas y lugares se agolpan en la cabeza del espectador. Resulta demasiada información para digerir por alguien que no esté muy al corriente del asunto y se echa de menos una línea argumental clara que haga verosímil el desenlace.
A la directora alemana Maria Schrader –que alcanzó notoriedad con la muy notable serie Unorthodox– se le nota demasiado su amplia experiencia en producciones para televisión, lo que da a la película un barniz de telefilme.
A veces, la narración peca de excesiva frialdad, en un intento por atenerse a las estrictas normas de objetividad periodística que requiere la investigación. Otras, cuando intenta dar calidez al drama, no consigue emocionarnos. Lo intenta al presentar la vida privada de las reporteras: la depresión postparto, la difícil conciliación laboral o la incómoda pregunta de una hija sobre qué son los abusos sexuales.
En el New York Times
Lo vuelve a intentar incluyendo una escena, que no viene a cuento, de un patoso que quiere ligar con las reporteras en un bar. Y al presentarnos el pasillo vacío de un hotel con una voz en off que reproduce las artimañas de Weinstein para forzar a una chica a que entre en su habitación. El intento de transmitir tantos mensajes acaba por romper el ritmo de la película.
Al descubierto (estreno el día 28) tiene un indudable interés para los periodistas. De hecho, es la primera vez que se rueda en el New York Times, pero no tiene la sobriedad y la emoción de Spotlight (Tom McCarthy, 2015), ni siquiera la claridad argumental de El escándalo (Jay Roach, 2020). De hecho, Todos los hombres del presidente (Alan J. Pakula, 1976) sigue siendo la referencia.