A una jornada de conocer los resultados de la carrera a la Palma de Oro, la 55.ª Quincena de Cineastas y la 62.ª Semana de la Crítica han hecho públicos sus galardones. Creatura, segundo trabajo de Elena Martín como directora (distribuida por Avalon en España), se llevaba el Premio Europa Cinemas Cannes Label a la Mejor película europea.
Gracias al reconocimiento, Creatura contará con el apoyo de los cines pertenecientes a la red de expositores independientes que representan 3060 pantallas en 38 países, un paso en firme para el éxito de una película que, en todo caso, ya cuenta con la distribución internacional de Luxbox. La agencia, al cargo de éxitos de autor en festivales como Trenque Lauquen o Entre las higueras, también gestiona las ventas de 20.000 especies de abejas.
Por su parte, la Semana de la Crítica, dedicada a óperas primas y segundas obras, ha destacado a la malasia Tiger Stripes de Amanda Nell Eu como Mejor Película. Tiger Stripes parte de una serie de mutaciones corporales demoníacas para construir una metáfora sobre la pubertad.
Wim Wenders no descansa
A sus 77 años, el cineasta alemán Win Wenders lleva carrerilla. Esta 76.ª edición ha presentado ya dos películas: Anselm, documental en 3D sobre Anselm Kiefer (en Sesiones Especiales), y Perfect Days, una ficción minimalista en Competición, escrita y producida a cuatro manos con Takuma Takasaki, debutante en el largometraje.
[Víctor Erice toca, pero no hunde la imagen pública de Cannes]
Para Wenders, Perfect Days supone el gesto de depuración que marca la carrera de los grandes cineastas al cabo del tiempo, el Paterson de Jim Jarmusch o El viaje de Takara de Kohei Igarashi y Damien Manivel. Dichos ejercicios permiten a sus “autores” vaciar sus procesos de los faralaes temáticos, simbólicos y formales que arrastran por defecto y concentrarse en observar muy bien un coto de realidad bien definido. Y qué bien sientan.
El Wenders reciente, amante de las altas reflexiones y los destinos encaprichados (Los hermosos días de Aranjuez, Inmersión), suelta peso ideológico y muscula en lo cinematográfico: ilustra el devenir tranquilo de los días de un limpiador de retretes públicos, un hombre de rutina pautada y placeres sencillos.
Las dos horas de metraje son el resultado de yuxtaponer un día a otro, a otro, en una línea con gran sentido del montaje: Wenders hace respirar sus imágenes con suficiente brío para hacer del minimalismo una elección interesante, pero las esponja lo suficiente como para que el cuerpo de Koji Yakusho (actor-marca Japón: Memorias de una geisha, Babel) convoque diligente nuestro interés por lo que tiene entre manos. Incluso si la tomamos como puerta para descubrir el inaudito mundo del retrete público nipón (los hay con paredes de cristal “opacables” según su uso, lavabos décor de madera, instalaciones futuristas…).
Aunque siendo más sencilla y dirigida que cualquiera de las anteriores, la de Wenders y Koji Yakusho puede espantar a quienes rechacen la perspectiva poética y sorprendida del new age.
Quentin Tarantino explica el argumento de su nueva película en la Quincena de Cineastas
Tras recibir la Palma de Oro en 1994, por Pulp Fiction, ayer Quentin Tarantino visitó la Quincena para dar una masterclass sobre su cine, bastante en la línea de la que dio en Barcelona unos meses atrás: ha defendido a Brian De Palma, ha denunciado la violencia a los animales en pantalla y ha encumbrado una vez más el Taxi Driver de Scorsese como una de las mejores de la historia.
Además, Tarantino ha avanzado detalles sobre la que será su última película como director. Primero, que está buscando a un actor de unos 35 años para su papel protagonista.
Luego, Tarantino ha comentado que se basará en su experiencia como joven reabastecedor de máquinas expendedoras, período que le hizo interesar en la crítica cinematográfica gracias a los textos de una revista pornográfica de su catálogo: “Todo lo demás era demasiado obsceno para leer, pero luego estaba este fasciculillo porno que tenía una sección de cine realmente interesante”.
Allí, recordaba, “se escribía sobre películas comerciales, de la mano de un crítico de segunda. Pero creo que era un muy buen crítico, muy cínico. Sus textos eran un cruce entre el Howard Stern temprano y lo que Travis Bickle podría ser si trabajara como crítico de cine”.
Su personaje escribirá para la revista ficcional de porno The Popstar Pages, seguirá la línea del original: “Era muy, muy entretenido. Era muy grosero, decía palabrotas. Empleaba insultos raciales. Pero su mierda era muy divertida. Era tan cínico como el infierno. Escribía como si tuviera 55 años, pero solo tendría unos treinta. Murió al cumplir treinta. Durante un tiempo no tuve claro a causa de qué, pero ahora he investigado un poco más y creo que fueron complicaciones debido a su alcoholismo”.
Tarantino acabó su visita proyectando una película sorpresa en 35 mm: una de sus favoritas, El ex-preso de Corea de John Flynn, escrita por Paul Schrader y Heywood Gould, y con William Devane como el vengador justo de su familia, masacrada mientras estaba de servicio en Vietnam.
Por lo demás, la última de Hong Sang-soo, In Our Days, cerraba con euforia colectiva y aforo completo la primera edición de la Quincena con Julien Rejl al timón. Han sido treinta películas que empezarán hoy su recorrido por festivales, entre nuevas obras de autores consagrados (Bertrand Mandico, Michel Gondry) y grandes descubrimientos. Apunten: Cahiers ha vitoreado la Riddle of Fire de Weston Razooli y The Sweet East de Sean Price Williams, con Talia Ryder y Jacob Elordi. Las esperamos.