Con 25 años, y con dos novelas publicadas, la escritora francesa Emma Becker atravesaba un momento un tanto delicado de su vida en Berlín: el tema para su tercer libro no acababa de aparecer y su editorial no estaba dispuesta a ofrecerle un adelanto para sufragar sus gastos cotidianos.
Un día pasó por delante de un local con un cartel en el que ponía Club-Burdel y, presa de un impulso, entró. Y, al instante, se percató de que ahí delante tenía lo que andaba buscando: un asunto complejo, plagado de aristas, y, al mismo tiempo, una manera de ganarse la vida en un país donde la prostitución es legal.
Dos años se pasó ejerciendo de trabajadora sexual y tomando notas, hasta que en 2019 publicó La maison, nombre con el que bautizó en la ficción el lupanar en el que estuvo más tiempo. El libro se convirtió en un enorme éxito de ventas y se instaló en el debate en torno a la legalización o la abolición de esta industria sumergida en Francia.
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Ahora llega a los cines la adaptación homónima del texto de Becker, que ha dirigido Anissa Bonnefont (París, 1984), cuyo currículum se limitaba hasta la fecha a los documentales Wonder Boy –nominado al César– y Nadia, ambos de 2020.
En el filme vemos cómo la protagonista, Emma (Ana Girardot), bajo el alias de Justine (como el personaje del Marqués de Sade), se introduce con decisión en el mundo de la prostitución berlinesa, probando en un primer burdel algo turbio, controlado por un oscuro dueño, en el que apenas consigue sacar información a sus silenciosas compañeras y en el que sufre una experiencía incómoda con un cliente, lo que la hace salir huyendo.
Tras un abrupto corte, regresamos seis meses después a Emma/Justine, trabajando ahora en La Maison, un sitio más seguro, gestionado por las propias trabajadoras, en donde se despliega un ambiente de sororidad, más propicio para que la protagonista obtenga material para su novela. Aquí introduce Bonnefont alguna fuga cómica, sobre todo gracias a la inefable Rossy de Palma como veterana meretriz, o a esa lección avanzada de cunnilingus a un atribulado cliente.
No es La maison un filme de denuncia o una reivindicación directa del derecho a que una mujer decida lo que quiera hacer con su cuerpo, sino algo más ambivalente, el relato singular de una joven que descubre tanto el poder que el sexo le otorga (y del que está dispuesta a sacar todo el rendimiento posible) así como la imposibilidad de compaginar la prostitución con la vida social y amorosa. Sin embargo, no encontraremos ningún apunte sobre la trata de blancas y la violencia solo hará acto de presencia en momentos muy puntuales.
Bonnefont opta además por una estilización de las escenas sexuales –muchas y muy explicitas– que reduce el potencial erótico y potencia la que parece ser la tesis central del filme: que el hombre es el sexo débil en la cama.
La maison
Dirección: Anissa Bonnefont.
Guion: Anissa Bonnefont y Diastème.
Intérpretes: Ana Girardot, Aure Atika, Rossy de Palma, Yannick Renier, Philippe Rebbot.
Año: 2022.
Estreno: 23 de junio