El cine nos ha contado en muchas ocasiones la historia de cómo surge el amor entre dos personajes, pero pocas veces con la sutileza y la sensibilidad que demuestra el cineasta chino Li Ruijun (Gansu, 1983) en El regreso de las golondrinas, película que en 2022 compitió en la sección oficial de la Berlinale y conquistó la Espiga de Oro en la Seminci.
En el filme, vemos cómo en la China rural de hoy dos seres heridos y solitarios son obligados a contraer matrimonio. Él es Cao (Wu Renlin), un campesino apocado y tímido, cuya atención y cariño hacia su burro nos alertan de su vasta humanidad, y ella es Ma (Christina Hai), una mujer traumatizada por los constantes menosprecios y palizas a las que ha sido sometida, lo que ha provocado que sufra una severa cojera y que haya perdido el control de su vejiga y la capacidad de ser madre. Las familias, deseosas de quitárselos de encima, concertan la unión y ambos quedan suspendidos en el tiempo y en el espacio, aislados del mundo.
Lo que podría haber sido un relato que se dedicara a explotar la miserabilidad de las circunstancias de estos dos personajes, en manos de Li Ruijun es una emocionante oda humanista a la dignidad de los desfavorecidos, que entronca el filme con el mejor neorrealismo.
['El primer día de mi vida': buscando a Capra en una Roma lluviosa]
Con una fotografía espléndida, que a veces recuerda al Terrence Malick más espiritual y que se sirve de la luz natural que abrasa las pieles de los jornaleros, vemos cómo la bondad y el respeto por la naturaleza de Cao van restaurando la confianza y el amor propio de Ma, al tiempo que va surgiendo el cariño entre los protagonistas, con el director siempre priorizando los gestos a las palabras, con momentos de ternura que desarman al espectador. Por suerte, Li Riujin no convierte a Cao en un santo, y es capaz de mostrarnos cómo puede perder los nervios con Ma, aunque enseguida sienta remordimientos.
Hay algo también de épico en la resistencia de ambos, que a base de duro esfuerzo consiguen sacar adelante sus cosechas e, incluso, construir su propia casa. Y, a pesar de la parsimonia del relato, hay una tensión constante ante la posibilidad de que Cao enferme o sufra algún percance físico, pues sobre él recae la mayor parte del trabajo debido a la fragilidad de su esposa. La tragedia se cierne constantemente sobre Cao y Ma, y, cuando finalmente llega, el director lo afronta con sabia mesura.
Pero Li Ruijun no solo se detiene en los personajes, sino que también esboza una melancólica crítica al Estado chino por dejar de lado a los más pobres en el descontrolado proceso de urbanización del medio rural, que ha provocado el desplazamiento masivo de grandes comunidades.
Además, establece una gruesa metáfora sobre el caciquismo imperante: Cao es el único vecino que tiene el mismo grupo sanguíneo que el patrón, cuya vida corre peligro. Le donará su sangre, pero nada pedirá a cambio y, a parte de dos modestos abrigos, con nada será recompensado. La explotación del vasallo en estado puro.
El regreso de las golondrinas
Dirección y guion: Li Ruijun.
Intérpretes: Wu Renlin, Christina Hai
Año: 2022
Estreno: 14 de julio