En una escena reveladora de El viejo roble –la nueva y probablemente última película de Ken Loach–, una inmigrante siria llamada Yara (Ebla Mari) afirma con rotundidad: “Cuando miro a través de esta cámara, decido ver con esperanza y fortaleza”.
Esta máxima ilustra la convicción y resiliencia con la que Yara, fotógrafa de profesión, confronta su difícil situación: tras huir del régimen de Bashar al-Ásad, la mujer debe soportar, en su llegada a una zona minera del norte de Inglaterra, la hostilidad y el racismo de una parte de la población local.
Pero las palabras de la mujer sobre su mirada esperanzada también pueden leerse, en clave metalingüística, como el llamado de Ken Loach, voz autorizada del progresismo británico, a rescatar del olvido las pequeñas muestras de solidaridad que podrían diluirse en el lodazal de la sociedad de consumo.
La invitación a no dejarse arrastrar por el fatalismo contrasta con el tono amargo y el devenir aciago de las anteriores películas de Loach. En Yo, Daniel Blake (2016), el cineasta puso en solfa la sociedad del bienestar británica. Y, luego, en Sorry We Missed You (2019), denunció la explotación a la que son sometidos los repartidores de paquetería. Tirando de este hilo desventurado, El viejo roble podría parecer la última entrega de una trilogía sobre la alienación del individuo a manos de la maquinaria capitalista.
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Y es que el protagonista del filme, TJ Ballantyne (interpretado con una sobriedad conmovedora por Dave Turner), asiste casi impotente al desmembramiento de su comunidad local, golpeada por el paro, la especulación inmobiliaria y la falta de servicios públicos. Sin embargo, TJ, propietario del pub que da título a la película, no capitulará ante la adversidad y, lejos de resignarse, caminará hacia la luz al construir una alianza con Yara, la mujer siria, que le acompañará en su proyecto de construir un comedor social en la trastienda de su comercio.
Al analizar el cine de Loach, la crítica ha tendido a poner el foco en las dimensiones temática y narrativa de la obra del británico. No es de extrañar, en cuanto que el director de Lloviendo piedras (1993) se ha caracterizado por abanderar causas nobles, vinculadas a la defensa de los desfavorecidos por el sistema.
Sin embargo, El viejo roble, más allá de su denuncia de una intolerancia alentada por las instituciones –el filme se estrenó en el Festival de Cannes coincidiendo con el anuncio de nuevas políticas antiinmigración del gobierno de Rishi Sunak–, permite observar las virtudes del estilo visual de Loach. Sostenida por la labor del director de fotografía Robbie Ryan (colaborador habitual de Noah Baumbach y Yorgos Lanthimos), El viejo roble discurre a lo largo de planos generales que logran capturar tanto la pesarosa soledad de sus protagonistas como el cálido abrazo del empeño colectivo.
En la escena más memorable del filme, Loach deja un bello testimonio del alegre caos que se genera cuando inmigrantes y nativos comparten, acompañados por sus alborotadores hijos pequeños, un almuerzo festivo. En la secuencia, además de una candente humanidad, palpita el espíritu documental que sobrevuela una parte importante de la obra del director de En un mundo libre (2007).
Carácter tremendista
Pese al carácter soterradamente optimista que alienta las imágenes de El viejo roble, cabe señalar que Loach y Paul Laverty, su socio en la escritura, no consiguen liberarse del deje tremendista que suele aflorar en su trabajo conjunto. Así, a cada franco gesto de concordia que ilumina la historia de TJ y Yara –que remite al cine de Frank Capra y a la cara más fabulística de la obra de Loach, de Buscando a Eric (2009) a La parte de los ángeles (2012)– le corresponde una punzada dramática, una colección de calamidades que se concentran en el entorno familiar del veterano dueño del pub.
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En todo caso, más allá de su empuje pedagógico y de su puntual maniqueísmo, El viejo roble acaba luciendo como el humanista canto del cisne de la figura más coherente y persistente del cine social europeo de las últimas seis décadas.
El viejo roble
Dirección: Ken Loach.
Guion: Paul Laverty.
Intérpretes: Debbie Honeywood, Andy Dawson, Trevor Fox, Dave Turner, Ebla Mari, Neil Leiper.
Año: 2023.
Estreno: 17 de noviembre