Agencias

El actor estadounidense Ryan O'Neal, conocido por películas icónicas de la década de los setenta como Love Story (Arthur Hiller, 1970), ¿Qué me pasa, doctor? (Peter Bogdanovich, 1972), Luna de papel (Peter Bogdanovich, 1973) o Barry Lyndon (Stanley Kubrick, 1975), falleció este viernes a los 82 años.

"Esto es muy duro para nosotros (...) Ryan tuvo un gran impacto y esto será difícil sin él. Supone y supondrá un enorme vacío en nuestras vidas", anunció su hijo, el presentador deportivo Patrick O'Neal, en una publicación de Instagram.

No se facilitaron más detalles sobre el deceso, pero a O'Neal le diagnosticaron leucemia crónica en 2001 y cáncer de próstata en 2012.

O'Neal nació en 1941 en Los Ángeles, California, en el seno de una familia dedicada al mundo del espectáculo: su padre era el guionista de origen irlandés Charles O'Neal y su madre, la actriz Patricia Callaghan. Antes de lanzarse al mundo de la interpretación, Ryan O'Neal tuvo una prometedora carrera como boxeador, con una estadística de 18 victorias, 4 derrotas y 13 nocauts.

Ryan O'Neal de joven. Wikimedia Commons

O'Neal empezó a labrarse un espacio en la pequeña pantalla con la telenovela nocturna Peyton Place, en la que apareció junto a Mia Farrow, para dar un salto meteórico al cine con Love Story (1970) junto a Ali MacGraw, que obtuvo siete nominaciones al Oscar, entre ellas la suya como actor protagonista.

Melodrama por excelencia de los 70, marcadamente y gozosamente cursi, Love Story narra la historia de amor de dos universitarios de Harvard que pertenecen a clases sociales muy distintas. Él, Oliver Barrett IV (Ryan O'Neal), es hijo de un poderoso banquero, mientras que el padre de Jenny (Ali MacGraw) es un humilde emigrante italiano.

A pesar de ello, se enamoran, pero una enfermedad los enfrenta a algo más grave que sus diferencias sociales. La canción principal de la película, (Where Do I Begin?) Love Story, fue un gran éxito, particularmente la interpretación vocal grabada por Andy Williams.

El encuentro con Bogdanovich

Tras trabajar con Blake Edwards en el extraño wéstern Dos hombres contra el Oeste (1971), protagonizaría la comedia What's Up, Doc (¿Qué pasa, Doc?, en español), dirigida por Peter Bogdanovich, en la que encarnó a un joven musicólogo, serio, tímido y despistado que conoce a la excéntrica joven Judy (Barbra Streisand), con la que dejó un sinfín de situaciones disparatadas que aún perviven entre los amantes del cine. La película era un homenaje a las alocadas comedias de los años 40 que firmaron directores como Howard Hawks o Preston Sturges.

O'Neal y Bogdanovich repetirían equipo en Luna de papel (1973), una aclamada comedia ambientada durante la Gran Depresión y la Ley Seca en el estado de Kansas. O'Neal interpreta a un estafador de poca monta que intenta vender biblias a las viudas y que se ve obligado a hacerse cargo del cuidado de la hija de una antigua amante, interpretada en pantalla por la propia hija del actor, Tatum O'Neal, que debutaba con tan solo 10 años.

Tatum y Ryan O'Neall en 'Luna de papel'

La película fue un gran éxito y Tatum O'Neal se llevó el Oscar a la mejor actriz de reparto, siendo todavía la persona más joven en lograr ese premio. Bogdanovich demostraba una vez más su talento y su amor por el séptimo arte y Ryan O'Neal su encanto como actor cómico y entrañable. 

El cénit de la carrera del intérprete llegaría en 1975 con Barry Lyndon, adaptación de Stanley Kubrick de una novela del escritor inglés William Tackeray. O'Neal interpreta al personaje que da título al filme, un joven irlandés ambicioso y sin escrúpulos, que se ve obligado a emigrar a causa de un duelo.

Lleva a partir de entonces una vida errante y llena de aventuras. Sin embargo, su sueño es alcanzar una elevada posición social. Y lo hace realidad al contraer un provechoso matrimonio, gracias al cual entra a formar parte de la nobleza inglesa del siglo XVIII.

Para el papel, Kubrick buscaba un actor no excesivamente carismático que pasara bien por lo que el personaje es, un vividor con escasas virtudes morales, y dio en el clavo con O'Neal. Este supo aportar al protagonista toda una variedad de registros: pícaro, guerrero, romántico, vividor, entusiasta, deprimido, alcohólico, resignado. Se trata de una interpretación contenida y todos sus gestos y movimientos en las escenas están cuidados al detalle, en conexión con el afán de perfección que Kubrick perseguía en sus filmes.

O'Neall en 'Barrt Lyndon'

En una escena de la película, O'Neal debía abalanzarse por la espalda sobre Leon Vitali, que interpreta a Lord Bullingdon, y empezar a golpearlo y estrangularlo. Como narra el propio Vitali en el documental Filmworker (Tony Zierra, 2017), el cineasta británico no paraba de exigirle a O'Neal que le pegara más y más fuerte durante las 30 tomas que hicieron, para desesperación de ambos actores.

Un largo declive

Después del estreno de Barry Lyndon, la carrera de O'Neal comenzo un sinuoso y lento declive. Su siguiente trabajo con Bogdanovich, Así empezó Hollywood (1976), que aborda los orígenes de la industria del cine, no funcionó bien en taquilla ni convenció a los críticos. Tras intervenir con un pequeño papel en la bélica Un puente lejano (Richard Attemborough, 1977), interpretaría al antagonista de Driver (Walter Hill, 1977), un impecable filme de acción marcado por sus impresionantes persecuciones en coche.

A partir de entonces, el aura de O'Neal se fue diluyendo poco a poco, con sonoros fracasos, como la segunda parte de Love Story, Historia de Oliver (John Korty, 1978). En la década de 1980, cabe citar, no obstante, su intervención en la película Los hombres duros no bailan (1987), inspirada a partir del éxito literario que significó la novela de igual título que escribió Norman Mailer, el cual fue también el director del filme. 

Estuvo casado con las actrices Joanna Moore (1963-1967) y Leigh Taylor-Young (1967-1974) y en 1981 inició un noviazgo con la célebre Farrah Fawcett, estrella de la serie Los Ángeles de Charlie, con quien terminó en 1997. De esa relación nació su hijo Redmond O'Neal, también actor.

Sin embargo, su unión estuvo marcada por presuntas infidelidades de O'Neal, problemas con las adicciones y una supuesta falta de control sobre su temperamento que también afectaron a su carrera.

Así, fue perdiendo relevancia progresivamente en Hollywood hasta quedar relegado a trabajos esporádicos en la década de los noventa, como el largometraje The Man Upstairs (1992) junto a Katherine Hepburn, o la película de suspense y comedia Zero Effect, dirigida por Jake Kasdan.

"Compartiré el legado de mi padre para siempre. No me detendrán las voces externas que digan cosas negativas. Si decides hablar mal de mi padre, aunque no tengas ni idea de lo que estás hablando, se te llamará la atención", recalcó su hijo Patrick en el comunicado de este viernes.

En 2012, tres años después de que Fawcett falleciera de cáncer, O'Neal publicó sus memorias Both of Us: My Life with Farrah, en las que daba su versión del vínculo que mantuvo con el ícono femenino y trataba de encauzar su relación familiar tras un largo distanciamiento con su hija, la oscarizada actriz Tatum O'Neal.