Quién es Juan Mariné, el director de fotografía y restaurador de 103 años que recibe el Goya de Honor 2024
Parte fundamental de la historia de nuestro cine, el veterano profesional será homenajeado el próximo sábado en Valladolid.
6 febrero, 2024 01:45No hay profesional del cine español que haya transitado por la República, la Guerra Civil, la Dictadura, la Transición y la Democracia…, salvo Juan Mariné gracias a sus 103 años. Con solo 14, ya entra como auxiliar de El octavo mandamiento, para ir escalando en el escalafón dentro de las producciones de la CNT y de Laya Films, dependiente de la Generalitat de Catalunya, hasta lograr en 1947 dirigir la fotografía de un episodio de Cuatro mujeres, de Antonio del Amo, y poco después la totalidad de La sombra iluminada, de Carlos Serrano de Osma.
Antes, Juan Mariné había pasado por tres campos de concentración y un servicio militar interminable. Pero ya en esta década de los 40 se convenció de que “no podía ser otra cosa que operador”. Y así lo hizo en 140 películas antes de su retirada en 1989 con La grieta, de Juan Piquer, con quien centró la última etapa de su carrera. Porque él había ido elaborando de manera autodidacta una serie de recursos y artilugios técnicos que le hacían especialmente apto para este género, como también para los spots publicitarios a los que se dedicaría una larga temporada.
Trece películas con el citado Antonio del Amo; 10 con José María Forqué; 4 con Manuel Mur Oti y, sobre todo, 22 con Pedro Lazaga y 36 en producciones de Pedro Masó, 5 de la cuales con este como director, además de las siete con Juan Piquer, conforman la trayectoria básica de Mariné. Con especial fidelidad a unos determinados cineastas, que le corresponderían con plena confianza.
Mariné ha realizado un trabajo sobresaliente en nuestro patrimonio cinematográfico, con recuperaciones de 'La aldea maldita' o 'Currito de la Cruz'
Fue siempre Mariné un hombre tan entregado a la industria cinematográfica como valorado por ella, figurando en títulos de la comercialidad de los cuatro en que fotografió a Joselito entre 1957 y 1960, La gran familia y su continuación La familia y… uno más (1962 y 65), La ciudad no es para mí (de ese mismo 65), Los chicos del Preu y Sor Citroen (ambas de 1967), Experiencia prematrimonial (1972) y otras comedias de la época.
Se enfrentó también a la primera película rodada en Cinemascope y Eastmancolor dentro de nuestro país, La Gata, de Margarita Alexandre y Rafael M. Torrecilla (1956), y utilizó solo luz natural en secuencias de 091, Policía al habla y Un millón en la basura, ambas de Forqué, ya en los 60.
“Penetrar EN LOS SECRETOS de la luz es mi permanente obsesión”, declararía a Florentino Soria para el libro Juan Mariné. Un explorador de la imagen (Filmoteca de Murcia). Y, como casi lógica consecuencia, su vocación se entregaría después a la conservación y restauración de películas.
Llevado sucesivamente a cabo en la Filmoteca Española y en la ECAM (la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid), acompañado a menudo por su mujer, Concha Figueras, Juan Mariné ha realizado un trabajo sobresaliente en beneficio de nuestro patrimonio cinematográfico, con éxitos tan notables como las recuperaciones de La aldea maldita o Currito de la Cruz.
[Juan Mariné, el hombre que filmó el entierro de Durruti en 1936, Goya de Honor 2024]
Máquinas propias de lavado y reparación de celuloide o el negativo de 35 milímetros con solo dos perforaciones, son algunas de sus aportaciones, como ha destacado el documental Juan Mariné. Un siglo de cine, de María Luisa Pujol, que recibió el pasado diciembre el Premio Forqué dentro de esta categoría. Todo un siglo de cine, para un profesional que no dudaba en confesar que “mi retina equivale casi a una emulsión fotográfica”, en una completa simbiosis entre un hombre y su cámara.