Jacques Audiard. Foto: Wanda Films

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Cine

Jacques Audiard estrena 'Emilia Pérez': "En el mundo 'woke' no puedes decir nada, estás atrapado"

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Autor de grandes películas del cine europeo contemporáneo como De latir, mi corazón se ha parado (2005), Un profeta (2009) o la ganadora de la Palma de Oro Dheepan (2015), Jacques Audiard (París, 1952) viaja a México para narrar una “gran historia” de redención y fatalismo en la que los personajes cantan y bailan.

El filme sigue la peripecia de Manitas del Monte (Karla Sofía Gascón), un temible líder de un cártel mexicano que quiere cambiar de vida en todos los sentidos. Para ello, dejará atrás el crimen (con una fortuna en el banco) y transicionará para cumplir su vieja aspiración de ser una mujer, convirtiéndose en Emilia Pérez. Pero todo tiene un precio y, en su caso, es abandonar a su esposa Jessi (Selena Gomez) y a sus dos hijos, a los que intenta recuperar a toda costa.

Pregunta. ¿Por qué apenas vemos la violencia de los cárteles?

Respuesta. Detesto las películas de narcos, tienen una esencia putrefacta. Para mí Manitas/Emilia Pérez es un personaje misterioso. El primer tratamiento que escribí tenía 30 páginas, era como un libreto de ópera, algo que me sorprendió, pero seguí tirando de ese hilo. La estructura se divide en actos, formados por cuadros pictóricos más que por secuencias, y los personajes son muy arquetípicos.

»Nunca tuve miedo de ser excesivo, incluso kitsch, porque era algo que estaba en la esencia del proyecto. En realidad, el personaje de Manitas es casi una caricatura. Por eso, no sentí la necesidad de mostrar el daño que ha hecho, el contexto queda claro porque lo canta.

P. Resulta muy difícil encuadrar Emilia Pérez en un género. ¿Cómo la calificaría?

R. La película atraviesa la telenovela, el filme musical, la película “narco” y la ópera. El concepto que busco es la impureza, que es algo que está en el propio ADN del proyecto.

P. ¿Cuál es su relación con México?

R. Conozco el país. Tengo un amigo que vive en las montañas. Fui por primera vez a los 20 años. México es sublime, maravilloso… Es una pena que haya tanta corrupción. Por un lado, es algo casi exótico: los policías te paran y hay que darles algo de dinero. Y luego hay otra mucho más terrible, ligada al narcotráfico, que produce unos 30.000 desaparecidos por año. Hay zonas del país a las que la propia embajada te dice que no vayas.

P. ¿Cómo quería abordar la cuestión de la transexualidad?

R. Emilia recorre un trayecto muy largo, tiene una determinación muy fuerte, un gran coraje. No es un capricho. Gascón interpreta muy bien lo que significa ser transexual en este mundo, también ese dolor por la ruptura con la vida anterior. Y luego está también el tema de no querer perder a los hijos… Son cosas que no te planteas cuando eres heterosexual, normal, básico. Quería ser respetuoso, sin tener que ser serio y trágico todo el rato. En el mundo woke actual no puedes decir nada sobre nada, estás atrapado. También es cierto que hay mucha diferencia entre generaciones a la hora de hablar de este asunto. Los jóvenes lo ven con mucha más normalidad. Sin embargo, personas mayores de 40 me han comentado que la historia les ha impactado y les ha hecho reflexionar.

Directo al corazón

P. ¿Cómo concibió la parte musical?

R. Las canciones lo cambian todo. Cuando escribes el guion de un drama normal, piensas en la secuencia y tienes la acción, los diálogos, las anotaciones… Todo eso te ayuda a imaginar la emoción que quieres transmitir. Cuando metes música, ¡pam!, ya está todo dicho, va directo al corazón. Entonces, había dos cosas que considerar. Por una parte, las canciones. La idea era que hicieran avanzar la historia, que no fuera solo una representación de esta. Por otro lado, la banda sonora tenía que mantener el estilo, la unidad musical.

Karla Sofía Gascón en 'Emilia Pérez'

Karla Sofía Gascón en 'Emilia Pérez'

P. ¿Qué buscaba con los personajes de la esposa abandonada y la abogada a la que interpreta Zoe Saldaña?

R. En la primera versión era un abogado. Todo cobró mucho más sentido cuando le cambié el sexo, porque toda la relación con Emilia cambiaba. Aparecía la sororidad entre ambos personajes, y también el amor. El corazón más roto al final es el de Rita. A Selena Gomez, que interpreta a la esposa, no la conocía muy bien. Ya sé que es muy famosa, pero estoy lejos de su generación. Como se llama Gomez, pensé que sería hispanohablante. ¡Pues no hablaba ni una sola palabra de español! Pero resultó ser una actriz magnífica. Se aprendió el guion palabra a palabra e hizo un trabajo espléndido. Juan Sardá