Paolo Sorrentino. Foto: EFE/ Fabio Frustaci.

Paolo Sorrentino. Foto: EFE/ Fabio Frustaci.

Cine

Paolo Sorrentino estrena 'Parthenope': “Siempre me gustó competir, me pone de buen humor”

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Como compartió en la confesional Fue la mano de Dios (2021), Paolo Sorrentino (Nápoles, 1970) perdió a sus padres por un escape de gas con solo 17 años, lo que le obligó a madurar antes de tiempo. En su nueva propuesta, Parthenope, fantasea con esa juventud no vivida, pero, en contraposición a toda su filmografía, brinda por primera vez el protagonismo a una mujer. El personaje adopta el nombre de la sirena griega cuya muerte en tierra firme dio origen a Nápoles, lo que entronca la belleza como mito con la idealización de la juventud.

A lo largo de una serie de exuberantes y sensoriales veranos, la protagonista es frecuentada, del mismo modo que la urbe, por una colorida fauna entre la que destaca una profesora de interpretación en cuyo rostro ha hecho estragos la cirugía estética, un obispo lujurioso, una actriz en decadencia, un gánster, admiradores, amantes y el escritor estadounidense John Cheever, el Chéjov de los suburbios, interpretado por Gary Oldman.

En Parthenope, que llega a los cines el 25 de diciembre, conviven un cuento sobre el paso del tiempo con la reflexión antropológica sobre el mirar y el ser mirado.

Pregunta. ¿Cuántas historias sobre Nápoles alberga todavía en su interior?

Respuesta. Dependiendo de si esta película tiene éxito, habré terminado con Nápoles o seguiré destilando historias.

P. ¿A qué llama usted éxito?

R. A que al menos una persona entienda lo que he querido transmitir. Siempre que ruedas una película en la que conviertes una ciudad en un personaje más asumes el riesgo de que el público no comprenda lo que quieres contar.

P. La juventud y el paso del tiempo son una constante en su obra. ¿Es algo que le obsesione en el plano personal?

R. Es algo a lo que le doy muchas vueltas, en diferentes declinaciones, con nostalgia, melancolía, envidia, alivio. Es un pensamiento recurrente. Suelo compararme con quién soy y con quién fui entonces. Me gustaría haber disfrutado de una juventud que me fue negada.

P. Esta película supone un cambio de tempo en su filmografía que le da una pátina melancólica. ¿Responde a una evolución en su carrera?

R. No es algo a lo que haya prestado demasiada atención, pero le puedo decir que mi mayor preocupación actualmente es presentar mis emociones con honestidad. No me gusta hacer películas si no conectan con mis sentimientos. Es algo que ya ha ido asomando a la superficie de mis últimos proyectos. El anterior, Fue la mano de Dios, resultó una experiencia dolorosa, porque la implicación emotiva y sentimental era muy fuerte, y aquí, en Parthenope, hay incluso más tristeza.

P. ¿Cómo pergeñó el personaje de Parthenope, que es una criatura milagrosa a los ojos de otros, pero presentada como una mujer de carne y hueso?

R. No sé cómo lo hice. Mi intención siempre es formular preguntas para resolver misterios. En mi trabajo encuentro similitudes con las ecuaciones que plantean los matemáticos, las incógnitas que investigan los científicos y no consiguen resolver, pero ahí están. En este caso, el misterio era la mujer. No conozco a las mujeres, de ahí mi interés en plantear todo tipo de preguntas. En cierto modo, el problema matemático está ahí y es la película.

Dario Aita, Celeste Dalla Porta y Daniele Rienzo, en un momento de 'Parthenope'

Dario Aita, Celeste Dalla Porta y Daniele Rienzo, en un momento de 'Parthenope'

P. ¿A qué se refiere con que no entiende a las mujeres? Ha vivido rodeado de ellas.

R. Nadie conoce de verdad al otro. Los otros siempre son diferentes respecto a ti y, por tanto, un misterio.

P. ¿Cuándo estuvo seguro de dejar todo el protagonismo a una actriz debutante?

R. Di con Celeste Dalla Porta después de realizar muchas pruebas y cientos de entrevistas a actrices. En la recta final acudió con el mismo entusiasmo, determinación y preparación que en la primera prueba. Ahí me di cuenta de que era la candidata idónea, porque comprendí que estaba enormemente motivada.

Cautivar almas

P. Entre muchas secuencias notables, sobresale la que protagoniza el obispo de San Gennaro. ¿Por qué pasa a ser el cazador cazado?

R. Quería prestar atención a un hombre cuyo trabajo consistiera en cautivar almas: para convertir a las personas ha de aplicar la seducción. En ese sentido, cuando decide convertir a Parthenope al deseo, como es un hombre versado en estas artes, toma conciencia de que para seducirla ha de ser seducido él mismo. Así que presento su encuentro como una escaramuza entre ambos.

P. ¿Tiene algún interés, como su protagonista, en la antropología?

R. Sí, porque la antropología está ligada a la mirada, del mismo modo que el cine, y abordan temas similares.

P. Gary Oldman ha confesado que, a diferencia de otros actores veteranos, no aspira a morir sobre el escenario. ¿Usted considera que un artista puede jubilarse?

R. No sé en el caso de un actor, pero yo sí pienso que me retiraré, porque llega un día en el que pierdes tu mirada lúcida, ya no vives en armonía con el presente, ya no te asaltan ideas ni imágenes que compartir.

P. En este punto de su carrera, en que casi todas sus películas compiten en Cannes, con premios en Bafici, los Oscar y los David de Donatello, ¿cómo consigue llevar a buen puerto sus proyectos?

R. He tenido la suerte de ser siempre libre y hacer lo que quería. Espero que esta dinámica se mantenga. Después de rodar en tres ocasiones consecutivas en Italia, ahora me gustaría salir fuera.

Gary Oldman en 'Parthenope'. Foto: Gianni Fiorito

Gary Oldman en 'Parthenope'. Foto: Gianni Fiorito

P. ¿Le sigue motivando acudir a festivales?

R. Siempre me ha gustado competir. Me pone de buen humor, lo aprecio como algo lúdico. Es como el fútbol. Es divertido y te permite prestar atención a películas diferentes hechas en países distintos por personas de otras generaciones. Es una buena forma de ver cómo evoluciona el cine. Además, hay muchas películas que han llegado a un palmarés y luego no han tenido recorrido y al revés.