Superhéroes y series: segunda ola
'Falcon y el Soldado de Inverno', 'WandaVision', 'Superman & Lois', 'The Flash' y 'Supergirl' anuncian un nuevo periodo de esplendor para las series basadas en héroes del cómic
24 marzo, 2021 15:38En 2010 nació la división televisiva de Marvel Studios y con ella la primera ola de series sobre superhéroes concebida como una operación de largo recorrido y, salvo en contadas excepciones, vinculada al Marvel Cinematic Universe (MCU) que la casa de las ideas se había encargado de construir adaptando libremente sus cómics originales a la gran pantalla. Recordemos que Iron Man (Jon Favreau, 2008) fue el título que inauguró esta nueva era y que, cuando se lanzó la primera serie, allá por 2013, la llamada Fase 1 del MCU, que culminó con el estreno de Los vengadores (Joss Whedon, 2012), se había dado por finiquitada.
El primer proyecto desarrollado por Marvel Television fue Agents of SHIELD (Maurissa Tancharoen, Joss Whedon & Jed Whedon, 2013-2020) y daba unas cuantas pistas sobre qué podía ofrecer la filial televisiva de la compañía capitaneada por Kevin Feige. Un personaje secundario que aparecía en filmes previos -el agente Phil Coulson (Clark Cregg)- asumiendo el papel protagónico, el establecimiento de relaciones más o menos directas con argumentos desarrollados en películas anteriores y la intervención de personajes del universo fílmico, las tramas aventureras que mezclaban la peripecia episódica con arcos dramáticos más amplios y que incluso preparaban el terreno para películas posteriores como fue el caso de Capitán América: Civil War (Anthony & Joe Russo, 2016), o el estilo del hoy denostado Joss Whedon filtrándose en cada línea de diálogo, daban una idea clara de qué se podía esperar de las series made by Marvel.
Agents of SHIELD, que fue emitida por la ABC y en España se vio a través de Fox, conservaba el tono general de las películas de la compañía, pero sus niveles de producción estaban lejos de alcanzar las virguerías técnicas de sus homónimas cinematográficas, carencia que, por otra parte, la serie suplía con bastante inteligencia recurriendo a los enfrentamientos en interiores y evitando el uso inmoderado del CGI. Esa misma senda siguió la infravalorada Agent Carter (Christopher Markus & Stephen McFeely, 2015-2016), cuyas dos únicas temporadas también se vieron a través de la ABC, un spin-off centrado en Peggy Carter, oficinista, improvisada agente secreto y fugaz pareja del Capitán América, que nos devolvía a los Estados Unidos posteriores a la Segunda Guerra Mundial y que mezclaba con enjundia referencias pulp y screwball comedy aprovechándose de la química entre Hayley Atwell, James D’Arcy y las esporádicas pero fulgurantes irrupciones de Dominic Cooper como Howard Stark.
Tras estas dos primeras incursiones seriales, ambas relacionadas con algunas de las películas que las habían precedido, Marvel Television aterrizó en el mundo del streaming agarrándose a Netflix con el desarrollo de un ramillete de producciones desvinculadas del MCU que creaban un biotopo alternativo y hacían de Nueva York su principal escenario. Apenas tres meses después de que Agent Carter viera la luz en ABC, la gran N roja estrenaba la temporada inaugural de Daredevil (Drew Goddard, 2015-2018), una teleficción teñida de oscuridad, ambientada en Hell’s Kitchen, con unos niveles de producción notoriamente superiores a los de sus antecesoras y con altas dosis de violencia, definida por una muy particular concepción de la acción (el gusto por las tomas en continuidad, la fisicidad y el realismo), características que luego se trasladarían a la notabilísima The Punisher (Steve Lightfoot, 2017-2019), que de personaje secundario en la segunda temporada de ‘El hombre sin miedo’ pasaba a tener serie propia. Bajo la sombra del gigante del streaming crecieron Jessica Jones (Melissa Rosenberg, 2015-2019), Luke Cage (Cheo Hodari Coker, 2016-2018 ) y Iron Fist (Scott Buck, 2017-2018), superhéroes que posteriormente formarían el grupo The Defenders (Douglas Petrie & Marco Ramirez, 2017) cuyas andanzas solo duraron ocho capítulos. De hecho, la resaca de esta primera gran ola de series superheroicas -que cabría circunscribir a la entente formada por Marvel y Netflix- nos dejó las últimas temporadas de Jessica Jones, The Punisher y Daredevil -homenaje al inolvidable ‘Born Again’ escrito por Frank Miller y dibujado por David Mazzucchelli- quien sabe si para paliar el desabrido cierre que hubiera supuesto despedirse con The Defenders. Si la casa de las ideas y la compañía de Los Gatos se dijeron “adiós, muy buenas”, fue porque Walt Disney Company anunció el lanzamiento de su canal en streaming (Dinsey Plus) y en tanto propietaria de Marvel Entertainment (la compañía matriz de la que surgen el resto de las filiales: cómics, juguetes, merchandising, estudios, etc.) decidió que las series basadas en sus personajes se emitirían en su nueva plataforma.
Antes de entrar de lleno en esta segunda ola de estrenos superheroicos, conviene recordar que Marvel Television -que en 2019 se incorporó a la disciplina de Marvel Studios- desarrolló una tercera serie para ABC, la infumable Inhumans (Scott Buck, 2017), y dos producciones de corte teen como Runaways (Stephanie Savage & Josh Schwarts, 2017-2019) y Capa y Puñal (Joe Pokaski, 2018-2019) para Hulu, servicio de VOD que también estrenó Helstrom (Paul Zbyszewski, 2020), historia en la que superpoderes y posesiones demoníacas se entrecruzan, coprotagonizada por una magnética Sydney Lemmon, que en nuestro país se puede ver a través de Disney + Star desde el pasado 23 de febrero. Pero, además de todo esto, Marvel también ha intervenido en la elongación de otro de sus tentáculos creativos como es el universo X-Men con la que es, hasta el momento, la serie sobre superhéroes con mayor carga innovadora, Legion (Noah Hawley, 2017-2019) a la que también hay que sumar The Gifted (Matt Nix, 2017-2019), las dos producidas bajo el amparo de la Fox… que Disney adquirió en 2019. Todo queda en casa.
Hecha esta salvedad, el despliegue marveliano en la plataforma de Disney rompe con la línea estética de las llamadas series de la primera ola. La primera temporada de WandaVision (Jack Schaeffer, 2021), situada tres semanas después de los acontecimientos narrados en Vengadores: Endgame (Anthony & Joe Russo, 2019), supone el arranque de la llamada Fase 4 del MCU y lo hace rindiendo un curioso homenaje a la televisión. Sus dos primeros episodios, estrenados el 15 de enero, recuperan el formato y los modos de popularísimas comedias de situación (The Dick Van Dyke Show, I Love Lucy) para plantear la creación de un pequeño microcosmos en el que Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen) podrá continuar su vida junto a Vision (Paul Bettany), fallecido en la última película protagonizada por Los vengadores. Gracias a sus poderes para alterar la realidad, Wanda construye un mundo a su medida en la pequeña localidad de Westview, un universo en miniatura que le permite lidiar con el duelo desde una ficción que remite a las series televisivas con las que disfrutaba de pequeña. El juego con los formatos (el 4:3 y el widescreen), el cambio en la duración de los episodios o el color escarlata, hacen que la serie establezca un punto de ruptura con las anteriores creaciones Marvel para Netflix y, al mismo tiempo, pone el punto y seguido para que el MCU se prolongue. Al fin y al cabo, las estrategias dramáticas propias de la serialidad son recurrentes en el diseño del ecosistema fílmico de la casa de las ideas (películas que acaban con cliffhangers, construcción episódica, tramas entrecruzadas, infinitud narrativa), así que iniciar una nueva etapa hermanando cine y televisión desde la pequeña pantalla no puede verse como una decisión arbitraria.
WandaVision supone una firme declaración de intenciones: habrá innovación sin despegarse de la matriz narrativa, continuidad con respecto al mundo Vengadores (en las series para Netflix todo conducía a la constitución de The Defenders, una suerte de Vengadores de barrio y una réplica de la misma estructura narrativa: presentación de todos los personajes seguida de una ficción grupal), una línea más clara en los diseños (ficciones más luminosas, menos tortuosas que las protagonizadas por Matt Murdock o Frank Castle) y un nivel de postproducción idéntico al de las películas. No hay mejor ejemplo de esto último que los diez primeros minutos de Falcon y el Soldado de Invierno (Malcolm Spellman, 2021), cuyo episodio piloto se emitió el pasado viernes, una apabullante secuencia aérea que entiende la acción de un modo muy distinto a la que mostraban Phil Abraham o Álex García López en los episodios ‘Cut Man’ (1.02) y ‘Blindsided’ (3.04) de Daredevil. Aquí nos enfrentamos a una set piece diurna, cuyo (falso) realismo viene determinado por la brillantez del CGI y que sobresale gracias a una coreografía circense: puro espectáculo. No es de extrañar que los fans conecten mejor con esta propuesta que con el enigma metalingüístico que proponía WandaVision, una serie mucho más ambiciosa pero también más difícil de descifrar como demuestra este riguroso análisis de Carlos Lara.
Por lo demás, Falcon y El soldado de Invierno apenas se ha presentado como un actioner de relumbrón -quitando la secuencia inicial y la de la conversión del Capitán América en objeto museístico, el piloto es de una funcionalidad insípida- con perspectivas de transformarse en una versión serial de una buddy movie respaldada por la mejor tecnología de efectos digitales de la que se puede disponer.
Arrowverse vs. DC Universe o las dos vidas de Greg Berlanti
Las estrategias para el desarrollo de ficciones, ya sea para cine o para televisión, de DC, la otra gran factoría de superhéroes, no están tan definidas como las de su competidora. En realidad, el gran boom de las series basadas en los personajes de la casa se inicia, de manera un tanto inesperada, con el lanzamiento de Arrow (Greg Berlanti, Marcus Guggenheim & Andrew Kreisberg, 2012-2020), por más que con anterioridad las adaptaciones teleseriales basadas en el Superman de Joe Schuster y Jerry Siegel tuvieran cierto éxito, tanto Lois & Clark: Las nuevas aventuras de Superman (Deborah Joy LeVine, 1993-1997) como Smallville (Alfred Gough & Miles Millar, 2001-2011). De hecho, en la serie protagonizada por Tom Welling, ya aparecía Green Arrow, en este caso interpretado por Justin Hartley, buque insignia no solo de la nueva Arrow sino de todo un universo que se nutre de caracteres nacidos al abrigo de DC. Personajes que aparecían como secundarios en la teleficción inaugural luego desarrollarían sus propias series, como es el caso de The Flash (Greg Berlanti, Geoff Johns & Andrew Kreisberg, 2014-?), cuya séptima entrega se estrenó el pasado viernes, o Supergirl (Greg Berlanti, Ali Adel & Andrew Kreisberg, 2015-?), cuya sexta entrega llega a España el próximo día 31 a través de HBO. Posteriormente se presentaron DC’s Legends of Tomorrow (Greg Berlanti, Marcus Guggenheim, Andrew Kreisberg & Phil Klemmer, 2016-?), que era un spin-off formado por personajes secundarios de Arrow y The Flash, Black Lightning (Samil Akil, 2017-2021) y Batwoman (Caroline Dries, 2019-2021). Todas estas series, con la excepción de la primera temporada de Supergirl, fueron producidas y emitidas por The CW, un canal de televisión norteamericano que mira especialmente al público adolescente, de ahí que todas estas adaptaciones inspiradas en el universo DC tengan un enfoque marcadamente teen. Más allá de eso, el uso continuado del crossover y la creación de eventos anuales (por ejemplo, Crisis on Earth-X, dividido en cuatro partes cada una de las cuales sucedía en una serie diferente) con episodios especiales en los que conviven los personajes del bautizado como ‘Arrowverse’ lo han convertido en una franquicia longeva que goza de una salud inmejorable: los únicos arcos narrativos cerrados son los de Arrow/Oliver Queen (Stephen Amell), la serie terminó en 2020, y el de Black Lightning/Jefferson Pierce (Cress Williams), que CW dejará de emitir en cuanto finalice el último episodio de su cuarta temporada, todavía en antena. De hecho, este multiverso, lejos de agotarse, se ha ampliado con el reciente estreno de Superman & Lois (Greg Berlanti & Todd Helbing, 2021). Siguiendo con los tropos argumentales y estilísticos propios del ‘estilo Berlanti’, Tyler Hoechlin interpreta al Clark Kent que ya nos había sido presentado en el capítulo inaugural de la segunda temporada de Supergirl y la serie, que en España se puede ver a través de HBO, no abandona sus preocupaciones adolescentes, puesto que su punto de partida no es otro que el regreso de Clark y Lois Lane (Elizabeth Tullock) a Smallville para, entre otras cosas, educar a sus gemelos quinceañeros (!), uno de ellos con superpoderes y con problemas de ansiedad.
Alejadas del ‘Arrowverse’ también brotaron otras teleseries surgidas del amplio catálogo de roles propiedad de DC, de Gotham a Constantine, aunque este último fue absorbido por ese vórtice creativo que es el pequeño mundo diseñado por Greg Berlanti y sus compañeros de andadura. En 2018, DC lanzó su plataforma de streaming, no disponible en España, y empezó a levantar sus propias producciones. ¿Adivinan a quién recurrieron? Efectivamente, a Greg Berlanti que, junto con Akiva Goldsman y Geoff Johns, puso en marcha Titans (2018-), la primera serie nacida bajo el amparo de lo que, en puridad, puede considerarse el DC Universe. A esta serie, que aquí se puede ver a través de Netflix, le siguieron la descreída Doom Patrol (Jeremy Carver, 2019-?), Swamp Thing (Gary Dauberman & Mark Verheiden, 2019), Pennyworth (Bruno Heller, 2019-?) y Stargirl (Geoff Johns, 2019-?), la mayoría de ellas alejadas del tono de aventuras inocentes que preside el multiverso en el cohabitan Arrow, The Flash, Supergirl y tantos otros. En todo este conglomerado no incluimos Watchmen (Damon Lindelof, 2019): como ya sucedía con el cómic original de Alan Moore y Dave Gibbons, la serie también es harina de otro costal, la excepción que confirma la regla.
En resumen: con la llegada de las nuevas producciones Marvel para Disney, visto el buen estado por el que atraviesan las creaciones de Greg Berlanti y la consolidación del universo DC, reforzada por el estreno de La liga de la justicia de Zack Snyder (2021) a través de HBO Max, no resulta descabellado afirmar que se ha desencadenado una segunda ola de ficciones seriales superheroicas que promete inundar nuestras pantallas en los próximos años.