Image: Rodrigo  García

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Escenarios

Rodrigo García

“El teatro es para hablar de los problemas de hoy, no de Historia”

6 noviembre, 2008 01:00

Rodrigo García. Foto: Carlos Barajas

Que Rodrigo García, al que no le gustan las celebraciones, se olvidara de recordar la Constitución de 1812 en Versus era previsible. Esta obra de encargo se presenta dentro del Festival de Otoño, en las Naves del Español, del 12 al 15.

Rodrigo García ya no es aquel joven de espíritu airado que sorprendió a principios de los 90. Quizá los años, tiene ahora 44, han templado la vehemencia con la que defendía sus posiciones y su teatro. Mantiene en sus respuestas, eso sí, el escepticismo en el género humano de antaño, pero en ellas hay ahora modestia e, incluso, algo de confianza en el arte. Su teatro sigue siendo excesivo y lleno de contradicciones.

-Con los títulos de sus obras se podría componer una canción. Títulos como Esparcid mis cenizas en Eurodisney o Despegad la cabeza del suelo capullos. Supongo que como publicitario que ha sido, piensa bastante en ello ¿o no?
-Como publicitario se trataba no tanto de engañar, yo diría que de exagerar y ver cualidades maravillosas en un producto que era idéntico a sus competidores. El arte es lo contrario, es exponer la propia fragilidad y las dudas; no hay nada maravilloso en el arte, al contrario: se sacan a relucir miserias y siempre que se pueda, esperanza.

-¿Piensa en el público cuando construye un espectáculo?
- Cuando doy forma a una idea, claro que imagino reacciones. Lo interesante de este trabajo es que se suele fallar, que nunca aciertas. El público es imprevisible, porque no es una masa, son muchos individos en una sala y cada cual reacciona de diferente manera.

-Califica Versus de "anticonmemoración" del 2 de mayo ¿No acabo de entender por qué lo dice?
-Por la guerra. Yo no puedo celebrar una matanza, un enfrentamiento. Puede servirme como tema de reflexión, pensar qué pasa que no podemos vivir juntos en paz. Tampoco comparto este afán político de rellenar con actos conmemorativos la amnesia colectiva. Utilizo dinero público para hacer esta obra y tengo que esforzarme por emplear bien los medios que me dan. Si hablo de cuestiones que hoy conciernen a todos, creo que utilizo bien el dinero público. Si en cambio hablo de una conmemoración, creo que tiro el dinero. La Historia, mejor que la enseñen en la escuela y en los bares, donde se desdice lo que se enseña en la escuela. En el teatro hablamos de la vida de hoy, de los problemas que aún podemos solucionar.

- ¿De qué trata esta obra?
- De mis dudas, de mi desconfianza, que a fin de cuentas son las cuestiones de todos. ¿Qué es el amor? ¿Existe? ¿Qué es estar loco? ¿Qué es ser útil socialmente? Todas estas preguntas son tópicos y suelen tener otros tópicos como respuestas. En una obra como Versus intento mostrar que hay tantas respuestas como individuos y que todo acto es comprensible, hasta el más aberrante.

-Su tendencia a cruzar ideas contrarias en el escenario provocan en el espectador cierto mosqueo.
-No hay una respuesta, hay miles de respuestas. Todas son equivocadas. Todas son ciertas. Es decir: el ser humano es voluble y egoísta. A nadie le gusta que le digan estas cosas y yo me encargo de hacerlo siempre que puedo en mis obras. Luego, si hay mosqueo es que despierta algo en la conciencia del espectador. De todas maneras este es un arte inofensivo: a la salida del teatro todo el mundo sigue actuando igual que llegó.

-El recelo de algunos espectadores procede de que desconocen cuál es la opinión de usted sobre lo que trata.
-Hay un camino de ida y vuelta constante entre lo político y lo poético en mi obra. Si pienso que el arte sirve de algo, diría que sirve para meter en el alma del espectador un poco de opacidad. Las certezas no nos ayudan. Prefiero crear ambientes para la duda, espacios en penumbra. Puede que la experiencia artística haga a las personas más nobles, más libres. A veces he sentido envidia viendo una obra de teatro.

Peor sería quedarse callado
-Tratándose de usted, su definición de arte es, casi, eufórica.
-Todas las mañanas, con el primer café, me pregunto lo mismo: para qué sirve hacer esto si nada va a cambiar, si las cosas solo se pueden cambiar desde la actividad política. Pero al mismo tiempo me digo: hago esto porque no puedo dejar de hacerlo y, sobre todo, porque peor sería quedarse callado.

-¿Qué influencias le inspiran?
-Mis influencias son mis colaboradores. Mis actores, mi iluminador, mis músicos, mi equipo de técnicos. Otra cosa son mis gustos literarios o musicales, pero eso es secundario ahora que ya soy mayor.

- Por fin invitado por el Festival de Otoño. Ya era hora, ¿no?
-Hay muchos artistas trabajando duro y no hay sitio para todos en el Festival. Por eso no me he quejado nunca. Hasta me sorprende que me llamen, tal vez ocupo un lugar que no me corresponde.