Image: Cumbre de pianistas en el Auditorio

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Música

Cumbre de pianistas en el Auditorio

Argerich y Kissin, mano a mano en Madrid

6 noviembre, 2008 01:00

Martha Argerich. Foto: Alix Laveau-Emi

La pianista argentina Martha Argerich, escoltada por Mischa Maisky, concluirá su gira en el Auditorio Nacional dos días después de la actuación de otro virtuoso teclista: Evgeny Kissin.

No es raro ya ver en nuestras tierras a pianistas de talla, a veces en el espacio de unos breves días. Anotamos por estos días ente todo un nombre: el de la argentina Martha Argerich. Desde que debutara en Madrid en un ya lejano día de principios de los setenta, esta artista se ha ido agigantando. Nacida en Buenos Aires en 1941, ha paseado su excéntrica personalidad por los grandes escenarios tras haber recibido enseñanzas nada menos que de Gulda o Magaloff, ampliadas con gente del rango de Askenase, Horowitz o Michelangeli. Algo tenía que salir de ahí; y salió un precipitado lleno de aristas, claroscuros excitantes, diamantinas pulsaciones, ardorosas escaladas y fulgurantes ejecuciones, que hacían hervir cualquier piano e imantaban al público más diverso. Su primer premio en el Chopin de Varsovia y su contacto con Abbado la impulsaron a lo más alto. Y ahí sigue; aunque volcada a la colaboración con otros artistas. Uno de sus predilectos es el chelista Mischa Maisky, un virtuoso de curiosas maneras. Con él actúa mañana en el Auditorio de Castellón para desarrollar un programa de esos que pueden denominarse atractivos: Siete variaciones sobre un tema de la flauta mágica de Mozart de Beethoven, Sonata en la menor op. 36 de Grieg, Louange a l’éternité de Jesús de Messiaen y Sonata en re menor op. 40 de Shostakovich. Programa que ya ha interpretado en estos días en Zaragoza y Bilbao y que repetirá en el Auditorio Miguel Delibes de Valladolid (9), Palau de la Música Catalana de Barcelona (11) y finalmente en el Auditorio Nacional de Madrid, para Juventudes Musicales (13).

Bien distinto y mucho más joven es el moscovita Evgeny Kissin (1971), uno de esos fenómenos que exportaba la antigua Unión Soviética; un niño prodigio que debutó a los 12 años tocando de una sentada, en una sola sesión, los dos Conciertos de Chopin. Lo curioso es que el jovencito fue creciendo y, sin dejar de darlas todas, aprendiendo y profundizando como un maestro. Su aspecto angélico, algo blandito y delicado, es engañoso pues posee una pulsación de rara energía y una sonoridad de una tersura sensacional. Su grado de madurez se puede apreciar en su reciente grabación para EMI de los Conciertos de Beethoven, asistido por la Sinfónica de Londres y Colin Davis. Ibermúsica lo vuelve a presentar en un interesantísimo recital el martes. Desplegará sus dedos blancos pero firmes en la reproducción del siguiente programa: selección de piezas para piano del ballet Romeo y Julieta y Sonata nº 8 de Prokofiev y Polonesa-Fantasía en la bemol mayor op 61, tres mazurcas y ocho Estudios de Chopin.

Unimos a estos dos nombres, ya señeros, el de Xiaofeng Wu, un muy tierno pianista chino nacido hace pocos lustros en Shangai, ganador del último premio de la Fundación Guerrero de Madrid. Esta institución, que cumple 25 años, se ha aliado al CDMC para ofrecer, en el Auditorio del Reina Sofía, el lunes, un recital del artista oriental compuesto por diez nuevas composiciones escritas por Raquel Rodríguez, Tomás Marco, Alicia Días de la Fuente, Miguel del Barco, Antón García Abril, Daniel Roca Arencibia, Francisco Novel Sámano, José Mª Sánchez-Verdú, Luis de Pablo y Pilar Jurado.