Diseño: Rubén Vique.

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Música Lo mejor de 2024

Los 10 mejores discos españoles de 2024: el gran momento de las bandas de guitarras

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Ha sido el gran año de las bandas de guitarras. Una escena que crece y sube de nivel con debuts como el de Alcalá Norte y discos que consolidan trayectorias, como el de Carolina Durante (Elige Tu Propia Aventura), Biznaga (¡Ahora!), Hinds (Viva Hinds) o Camellos (Gran Hostal). Han destacado también las propuestas psicodélicas, folclóricas y experimentales de Baiuca (Barullo), Pony Bravo (Trópico), Derby Motoreta's Burrito Kachimba (Bolsa Amarilla y Piedra Potente), Maika Makovski (Bunker Rococo) y Judeline (Bodhiria). 

1. Alcalá Norte, de Alcalá Norte

2024 ha sido el año de vivir La Vida Cañón. Alcalá Norte llegó con su primer disco como un petardo en unas fiestas de barrio: sin avisar ni pedir permiso. Un álbum que eclipsó al resto por su frescura, sus letras imposibles ("Los Chavales") y un sonido tan característico que ha sido capaz de sobresalir entre el sinfín de bandas de guitarras que han ido floreciendo en los últimos años. No era fácil, solo había que escoger los ingredientes adecuados. ¿Qué tienen en común The Cure, Nacha Pop, Cristiano Ronaldo y Goebbels? Todo y nada. La banda madrileña se ha convertido en uno de esos grupos a los que no se debe quitar el ojo porque su desparpajo y su nivel crece directo a directo. Un cóctel molotov tan frankenstein como milagroso.

2. Elige tu propia aventura, de Carolina Durante

Autodestrucción y luminosidad. El cuarteto madrileño parece haber sido el único este año capaz de encontrar ese difícil equilibrio entre joderse la vida y plantarle cara a Sísifo. Elige tu propia aventura es un álbum osado, pero consciente de sus limitaciones. Tras un álbum hooligan y poguero, los Carolinos pulieron su sonido y se pusieron más serios, pero solo lo suficiente para crear un álbum redondo y autorreferencial, que no solo habla de las aspiraciones de estos cuatro chavales que han crecido en la industria musical, sino que demuestra de nuevo ese don para componer canciones ("Hamburgesas", "Misil", "Probablemente tengas razón") capaces de colarse en el imaginario colectivo con una facilidad apabullante. Lo mejor, es que Carolina Durante nunca pretende ser otra cosa que un par de tíos con guitarras. Y quizá por eso no hay nadie ahora mismo que lo haga mejor que ellos.

3. ¡Ahora!, de Biznaga

Cada disco de Biznaga es una llamada de atención. Si en Bremen No Existe (2022) dieron un grito a su generación e intentaron reconquistar Madrid, tierra de todos y de nadie, con ¡Ahora! nos instan a recuperar el entusiasmo. Algo muy difícil en un mundo donde impera la precariedad laboral ("La gran renuncia"), la crisis de la vivienda ("El futuro sobre plano") y al que solo parece fácil enfrentarse si se está lobotomizado ("Benzodiazepinas"). Mientras las bandas de guitarras se alejan de lo contestatario, el grupo sigue fiel a la canción protesta, con un álbum que vuelve a estar plagado de canciones de amor punk, ácidas y contemporáneas. Habrá quien piense que en exceso, pero el cuarteto ha conseguido con su quinto trabajo algo muy complejo: capturar un momento preciso, el ahora.  

4. Viva Hinds, de Hinds 

Para la Rolling Stone, las Hinds son las "diosas de la guitarra" made in Spain. Las únicas a las que han querido incluir en su famoso listado de los 100 mejores discos del año con Viva Hinds. Tras su casi disolución, la banda madrileña más internacional del panorama ha sabido resurgir de sus cenizas tal y como empezó, con gamberrismo puro y sonido garagero. Pero si empezaron en la industria como unas donnadies ahora cuentan con el caché que da haber girado por todo el mundo. Y sus colaboraciones con Beck ("Boom Boom Beck") y Grian Chatter, vocalista de Fontaines DC ("Stranger") lo demuestran. Un álbum con el que Cosials y Perrote, fundadoras de la banda, han querido divertirse, celebrar su trayectoria y a sí mismas. Tenían poco que perder y mucho que ganar, y este año lo han ganado todo. 

5. Bodhiria, de Judeline 

Quien avisa no es traidor y Judeline lleva avisando desde su primer EP: de la luz (2022). También avisó Rosalía, al apadrinar a la gaditana cuando lanzó los primeros temas de Bodhiria, su primer álbum. Experimental, clásica e intuitiva, Lara Fernández ha compuesto doce canciones pop (donde destacan "mangata", "zarcillos de plata", "Brujería"), pero que destacan por haber sido producidas de forma onírica y conceptual. Y con muy buen ojo. Porque Judeline pertenece a la estirpe de nuevos niños prodigio de la música (Ralphie Choo, productor del álbum, y Rusowsky, con el que colabora en una de las canciones) sacados directamente del conservatorio con el objetivo de demostrar la impureza inherente en cada género. Sin miedos, sin prejuicios. 

6. Barullo, de Baiuca

Como Rodrigo Cuevas o Tanxugueiras, el músico pontevedrés forma parte de la ola de nuevos artistas que están reverdeciendo el folclore musical astur y galaico, en su caso a través de la fusión con la música electrónica. En su nuevo disco se entrelazan ritmos británicos de los 90 (UK garage, breakbeat) con instrumentos, melodías y letras de la tradición gallega, dando como resultado un combinado que sorprendentemente funciona muy bien y que a ratos (en “Alentejo”, por ejemplo) recuerda al trabajo de Bonobo. Colaboran otros músicos de su tierra, como Xurxo Fernandes, Felisa Segade, las pandereteiras Lilaina (su muñeira “Ribeirana” podría sonar en cualquier rave), Antía Ameixeiras y el hiperactivo Carlangas, exlíder de Novedades Carminha.

7. Bolsa Amarilla y Piedra Potente, de Derby Motoreta's Burrito Kachimba

Los adalides de la kinkidelia (término que inventaron para que no los encasillaran como herederos del rock progresivo andaluz de los 70) han dado un paso más en la búsqueda de nuevos sonidos para seguir sorprendiendo al personal. De Enrique Morente a James Blake, de san Juan de la Cruz a la banda sonora de Stranger Things (de la que nos acordamos al escuchar “Manguara”) figuran en el muestrario de referencias del nuevo disco, donde “la piedra potente representa las guitarras eléctricas distorsionadas, la batería contundente, el bajo zumbón… Todo ese sonido que está muy presente en los discos anteriores y que sigue estando en este nuevo álbum. La bolsa amarilla es la parte de sintetizadores, de búsqueda de texturas y de experimentación sonora a través de la computadora, de los ceros y los unos”, como explicó a El Cultural Gringo, guitarrista de la banda. Entre nuestras canciones favoritas del álbum, “Prodigio” y “La fuente”.

8. Bunker Rococo, de Maika Makovski

Purcell, Prince, Chopin y Blade Runner se mezclan con naturalidad en el cóctel de referencias que inconscientemente maneja Maika Makovski. En este Bunker Rococo, que casi parece un oxímoron, conviven lo experimental con lo popular, el rock con la clásica y el 4/4 con los compases irregulares de su herencia cultural macedonia. Desde esa “Muscle Cars” que inaugura el álbum con trompas y sintetizadores hasta la delicada “The Door” que lo cierra, Makovski nos lleva de viaje por un sinfín de paisajes sonoros y estados de ánimo servidos con una exquisita producción. “Hunch Of The Century” y “Hunch of the Century” fueron sus dos bien escogidos adelantos, aunque la guitarra reverberante y nostálgica de “Exotic Ingredients” la convierte en nuestra favorita.

9. Trópico, de Pony Bravo

Un sabor entre psicodélico, folclórico, tropical y oriental es lo que nos deja en los oídos lo nuevo del grupo sevillano. Canciones que nos llevan a la exotica, ese género surgido en los cincuenta por parte de una América blanca que se apropiaba de sonoridades que evocaban aventuras misteriosas en latitudes lejanas (aquí llevado al extremo en “Primeros pobladores”), pero sin el engorro de tener que salir del salón de casa. Como casi todo en Pony Bravo, la incorporación de este aroma es irónico, como esa reminiscencia disco de “Magic Feeling” o sus juegos con los clichés andaluces. “Reflejo Exacto” tiene un aire lánguido irresistible y la más bailable es ese “Jazmín de Megatron” que podría haber firmado LCD Soundsystem si James Murphy hubiese nacido en Triana.

10. Gran Hostal, de Camellos

Con menos rabia y más sarcasmo que Biznaga, Camellos también señala las lacras del mundo moderno, como el desorbitado precio de la vivienda (“1900”), la explotación laboral (“Juan in the middle”) o la proliferación de cuñados conspiranoicos (“Quién se ríe ahora”). Y si en “Mazo” (de su disco de 2019 Calle para siempre) se reían de los tópicos de Madrid (la jerga, lo caro que es todo, la supuesta calidad del agua del grifo…), ahora reparten cera al resto del país en “Rompiendo España”. También hay hueco para las miserias cotidianas, como que te atraquen al volver a casa de borrachera (“El pincho”) y para un bonito homenaje a lo que nos salva de todo lo anterior: la amistad (“Candorro”). Otro punto para la nueva corriente de música hecha con guitarras.