Escenarios

Weigle vuelve al Liceo con Tristán

La producción lleva decorados de David Hockney

22 enero, 2010 01:00


Este sábado sube al escenario del Liceo una nueva producción de Tristán e Isolda. Nueva en el teatro barcelonés, pero que realmente tiene ya veinte años y procede de Los ángeles. Luego fue retocada para su reposición en 2008, en esta ocasión moldeada por las manos inteligentes del joven Thor Steingraber, que parte de los bocetos originales de David Hockney, que despliegan toda una imaginería alusiva muy rica de colores y de sugerencias, con ciertos toques célticos y formas curvas. Una visión si se quiere cercana a lo naïf, pero envuelta en un cromatismo de gran belleza, elegante y estilizado.

Vuelve al foso de las Ramblas el antiguo titular Sebastian Weigle, director profesional, de planteamientos siempre serios y rigurosos. Aunque raramente tocados de trascendente veta poética, tan importante en una ópera como ésta, en la que se ventilan cuestiones de tan alta ambición como el amor total, la vida y la muerte. Ha habido algunos cambios en los nombres iniciales. Ahora las dos Isoldas, ninguna de ellas dramática pura, son norteamericanas: Deborah Voigt, de agresivo metal, y Jennifer Wilson, de timbre más atractivo y agudo sólido. Tristán se lo reparten entre el ya cansado Peter Seiffert y el artista de escaso relieve Ian Storey. Kwangchul Youn, pieza clave en el Bayreuth de hoy, es Marke junto al más modesto Attila Jun. Para Kurwenal se cuenta con el declamatorio Bo Skovhus, mientras que Brangania es Michaela Schuster, soprano o mezzo, según los casos. El eficiente Francisco Vas es marinero y pastor.