Dos asesinos se aman
Llega el Macbeth de Declan Donnellan
21 mayo, 2010 02:00Escena de Macbeth
Macbeth sin espadas ni sangre, ni siquiera hay muertes en escena. Es el Macbeth de la compañía de Declan Donnellan, que llega a las Naves del Matadero el 26 de mayo.
Al inicio de la tragedia, entre rayos y truenos, aparecen las brujas con las profecías que auguran el reinado de Macbeth. Aquí no hay brujas, sólo susurros entre una niebla que crea imágenes turbadoras. Macbeth, que Cheek by Jowl había representado ya en 1987, es la tragedia de la ambición, del miedo, de la traición, de la sangre, del misterio, de la desesperación de un rey... Pero en esta producción no hay sangre ni hay muerte, ni hay brujas, ni hay armas. Las armas son imaginarias, son los gestos de los actores los que nos permiten visualizarlas. Y se pelea, se mata y se muere con imaginarias espadas. Es la coreografía de los actores la que clarifica todos los momentos importantes de la obra.
Tampoco hay énfasis en el parlamento de Macbeth tras la muerte de su esposa, pero es emocionante. No hay subrayados especiales en ninguna de las grandes escenas de la tragedia, pero la fisicidad de los actores, de sus gestos, de sus voces, transmiten toda su potencia. Los actores son el bosque que se aproxima al castillo al final de la obra. Los actores son la escenografía.
Hay una particularidad en esta producción que humaniza a los terribles asesinos que son Macbeth y Lady Macbeth: el énfasis puesto en el amor entre los esposos. Sorprende ver sus escenas amorosas, se desean, se besan, se acarician, bailan con sus cuerpos pegados, incluso nos muestran su acto sexual tendidos en el suelo… Lady Macbeth, interpretada por una gran actriz de subyugadora fisicidad, Anastasia Hille, adquiere unas dimensión interpretativa por encima del conjunto de actores. Donellan le da todavía mayor relieve al final, cuando nos recuerda que Macbeth está protagonizado por una pareja. Una pareja de asesinos que se aman.