Escenarios

B.B. King: "No soy una leyenda, simplemente un músico de blues"

3 junio, 2010 02:00

Marta Caballero

B.B. King, 84 años, nació una década antes que Elvis. King, uno de los mejores guitarristas de la historia aunque él se reste importancia. Un trozo de tiempo, en definitiva, y un mito que ha llegado activo y Lucille en mano al siglo XXI. Pero B. B. King: "Nunca pienso en mí mismo como una leyenda. Simplemente soy un músico de blues", confiesa a Elcultural.es el hombre que adquirió su primera guitarra cuando sólo tenía 12 años y Estados Unidos aún se lamentaba del crac del 29. Dijo adiós a una vida de conciertos y carretera hace un lustro, pero el bluesman, que expresa que no sabe hacer otra cosa, sigue, de hecho, regalando actuaciones a sus fans: "Continúo tocando porque es lo que más me gusta hacer, nunca me he sentido cansado", reconoce antes de tocarse la barriga y de admitir entre risas que la fuerza la saca de su buen comer.

La pasada noche ofreció un mítico concierto en Madrid de, podemos decir, música clásica. Salió al escenario caminando y luciendo chaqueta plateada como un capitán al frente de una banda de viejos bluesboys en lo que fue casi una performance. Los músicos supieron ganarse al público con simpatía y un sonido perfecto, destacando como siempre la maestría de King a las cuerdas, que toca como si apenas hiciera esfuerzo, que es capaz de mantener una nota en su sitio muchos segundos mientras se balancea en su silla y brinda esos espasmódicos gestos suyos. Un concierto al que se unió por sorpresa Raimundo Amador, colega que el artista había recordado en varios momentos ("dedico esta canción a mi amigo", dijo) para confundir al público, que se puso en pie varias veces (la primera, con la salida de King al escenario), para agradecer el buen show enmarcado en el Nelson Mandela Day, un festival que desde hace dos años homenajea al ex presidente sudafricano y en el que las invitaciones para ver al bluesman se habían agotado en media hora. Ambos guitarristas, que tras tantos años no han logrado entenderse con palabras, improvisaron juntos un tema. El sevillano, más arrebatado; el de Mississippi, fino, como quien no quiere la cosa.

Responsable de que el género sea hoy internacional -un público de todas las edades y de varios países le acompañó ayer en el escenario de la Ronda de Valencia-, King cree que esta música vive hoy "el mejor de los momentos", y esto a pesar de que ha sido punta de lanza de un estilo y de que ha tocado con los más grandes. Sin mucho interés por el pasado, confirma que no sabría a quién elegir de poder volver a tocar con alguno de los grandes músicos del siglo XX: "Es imposible... hay tantos grandes músicos con los que me gustaría tocar de nuevo", añora el guitarrista, que no ve diferencias sustanciales entre la música de su tiempo y la actual: "Siempre se ha habido intérpretes con algo bueno que ofrecer".

B.B. se mostró, además, feliz de participar en el homenaje a Mandela, tras el que se embarcará en una pequeña gira por España que le llevará a Valladolid, Granada y Murcia: "Este hombre definitivamente merece un día, es un héroe para mí. Me he sentido muy honrado de ofrecer un concierto para su fundación". Y aún va más lejos: "Tengo muchos momentos inolvidables en mi carrera, sería incapaz de quedarme con uno, pero mi participación en el Nelson Mandela Day ha sido uno de mis hitos". Al cierre de su actuación, aún con ganas de broma ("Ya me contarán qué tal les va cuando cumplan 84 años", suspiró) y después de haberse ganado al público femenino canción triste mediante, se despidió ensalzando a Mandela: "Si hubiera más gente como él seríamos mejores, hacen falta más personas como esta", y luego, como el Rey Baltasar, tiró divertido cientos de púas a sus seguidores.