Dieciséis minutos de aplausos y porque bajaron el telón. Así acogió el público del Real el debut como barítono de Plácido Domingo en Simon Boccanegra. "Seré el primero en darme cuenta de que mi hora ha llegado", declaraba él mismo la semana pasada en El Cultural, pues "la cara del público nunca engaña". Y así ha sido, del patio de butacas no se movió un alma mientras los palcos, platea y anfiteatro tronaban de entusiasmo como si fueran a derrumbarse.

Anoche el público no se rendía a una soberbia interpretación, que también, sino que reconocía con sus palmas toda una carrera y, sobre todo, elevaba a la categoría de dios a un hombre. Los asistentes emocionados no se cansaban de ovacionar y demostrar su admiración por el tenor español más internacional que recibió agradecido y con toda humildad desde el escenario el cariño sincero que le profesaban mientras recogía una a una las flores y ramos que iban cayendo a sus pies. Así acabó la función del 22 de julio en el Real, el eco de la emoción aún se escucha en la Plaza de Oriente, una fecha y una noche que, sin duda, pasará a la historia del coliseo madrileño.

Una oportunidad única

El Teatro Real terminará el próximo 29 de julio su temporada lírica con la conocida obra de Verdi. Pero antes de bajar definitivamente el telón ofrece este domingo al público que lo desee seguir la representación en directo desde la Plaza de Oriente a través de una pantalla gigante. El Ayuntamiento de Madrid instalará unas 1.300 sillas frente a la fachada principal del coliseo desde donde el público podrá ver la función que al mismo tiempo se desarrolle en la sala. Al termino de la representación se espera que los protagonistas, los aplaudidos Plácido Domingo y Angela Gheorghiu, salgan a la terraza del Teatro para saludar al público asistente.