Image: Borja Ortiz de Gondra

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Escenarios

Borja Ortiz de Gondra

“Cuando uno decide no mirar lo que le rodea, los cadáveres salen a tu encuentro”

30 julio, 2010 02:00

Borja Ortiz de Gondra

Memento mori es lo nuevo de Ortiz de Gondra, que estrena el día 6 en el teatro Palacio Valdés de Avilés. Dirigida por Jaime Chávarri, con la obra vuelve a la escena Cristina Rota, rodeada de sus hijas María Botto y Nur Al Levi

Hace diez años Borja Ortiz de Gondra (Bilbao, 1965) estrenó Del otro lado, en la que hablaba de la reacción pusilánime de la sociedad vasca ante el terrorismo. Entonces declaró a El Cultural que como creador sentía la "obligación moral" de contrapesar el discurso dominante de un teatro de diversión que nada tiene que ver con la calle. Y así se ha distinguido en todos estos años, como autor comprometido al que le gusta plantear "conflictos morales de los que el teatro español actual nunca habla", "sintiendo responsabilidad por lo que sube a los escenarios", aunque, eso sí, consciente de que el teatro no va a cambiar nada.

Su nueva obra incide en un asunto que Ortiz de Gondra ha tratado en otras ocasiones: "Cuando uno decide no mirar lo que le rodea porque es desagradable o problemático, la realidad sale a tu encuentro. Por más que te empeñes en enterrar los cadáveres, estos acaban siendo desenterrados. El problema no es que hoy no sepamos lo que ocurre, sino que no queremos mirar", comenta pocos días antes del estreno de su última obra, Memento mori. Su nuevo texto habla de África, de la llamada sociedad global.

Memento mori surge como un encargo de Cristina Rota, intérprete argentina afincada en Madrid y conocida sobre todo por su faceta de pedagoga al frente del Centro de Nuevos Creadores. "Ella quería volver a actuar después de cuatro años de ausencia y me pidió un texto para la ocasión, que hablara de ciertos asuntos morales. Podría entenderse que he creado un personaje a su medida, pero nada más alejado de la verdad, puesto que yo no la he visto actuar nunca", explica el autor. El espectáculo tiene otro aliciente, Rota aparece en escena arropada por Maria Botto y Nur Al Levi, sus hijas en la vida real y en la ficción.

Un conflicto diplomático
La obra presenta a una familia disfuncional: Sofía, una madre y brillante fotógrafa que acaba de ganar un importante premio; su hija Irene, reportera de guerra harta del mundo del periodismo; y su hija pequeña, Carlota, casada con un diplomático destinado en África. Las fotos comprometedoras que hace Sofía en un centro de niños ex-soldados causa un conflicto diplomático que le plantea a su autora el dilema de atender sus relaciones familiares o su deber moral de denunciar los hechos. "Se trata de una tragedia contemporánea, de una obra con un aliento trágico en la que sus protagonistas acaban pagando un alto precio por sus acciones." La producción está dirigida por el cineasta Jaime Chávarri, y tiene también la novedad de que para el papel de Irene se van a turnar tres actrices: Ana Torrent, María Botto y Goya Toledo. Al parecer, las tres intérpretes querían participar en esta producción, pero sus compromisos profesionales no les permiten hacerlo durante todo el tiempo que, se augura, durará. A Ortiz de Gondra le aguarda una agitada temporada.

Después de este estreno, que tras una gira llegará a Madrid a principios de año, le sucede el próximo mes de noviembre la comedia Duda razonable, dirigida por Josep Maria Mestres, y Aurora,al mando de Tamzin Townsend y segundo título de una trilogía que inició con Miguel de Molina, la copla quebrada, y que ha ideado sobre personajes españoles poco comunes de los años 30. Y continúa con su labor en el Espacio de Teatro Contemporáneo (ETC) de la Cuarta Pared, un lugar que viene a cubrir la falta de espacios destinados a la investigación teatral.

"Hay un divorcio entre una escritura dramática que plantea innovaciones y la manera en la que se produce y se ensaya esa nueva textualidad. En Francia y en Argentina, por ejemplo, los autores, directores y actores se entrenan constantemente. Aquí no, y es lo que tratamos de hacer en el ETC. En Madrid nos hacen falta laboratorios para la investigación teatral pura. Y la prueba de que hay una demanda es el éxito que hemos tenido con el ETC".