Image: Aida Gómez

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Escenarios

Aida Gómez

"Cerraría el Ballet Nacional de España"

1 septiembre, 2010 02:00

Aida Gómez, por Gusi Bejer.

Sus apariciones televisivas le han dado popularidad, pero Aida Gómez es figura indiscutible de la danza española. A los 14 años entró en el Ballet Nacional de España (BNE) del que llegó a ser su más polémica directora; hoy sostiene que habría que cerrarlo para volverlo a abrir bajo otras reglas. Actúa en los Teatros del Canal de Madrid con su Carmen.

Pregunta: Siempre deja claro que es bailarina y no bailaora. ¿Qué distingue a una de otra?
Respuesta: La danza española es un abanico y en él hay numerosas danzas de toda España y una de esas es el flamenco. Una bailarina puede bailar flamenco, pero también clásico y danza española. Una bailaora tiene un recorrido más corto, solo baila flamenco. En realidad, la danza española es la danza estilizada de toda la vida, para la que Falla, Turina y otros compusieron ballets maravillosos. Ahora... puedes tener mucha técnica, pero luego hay que ser artista.

P: ¿Y por qué lo que triunfa es el flamenco?
R: La danza española es difícil de bailar, hay pocas compañías dedicadas a ella y lo que se programa es el flamenco, que es más barato de mover porque va la figura y cuatro parejas. Bailarines buenos hay pocos, bailaores buenos, muchos. La danza española está desapareciendo.

P: Para eso está el BNE ¿Lo dirigiría de nuevo?
R: Ahora mismo no. Estoy muy a gusto, trabajo con la gente con la que me apetece bailar. Además, habría que cerrarlo y volver a abrirlo de nuevo. Los convenios laborales no se adecuan a lo que debería ser la gestión de una compañía de danza. El BNE es una jaula de oro cuyo funcionamiento nada tiene que ver con la realidad.

P: Dirige su propia compañía ¿cómo se lleva en su mundo que mande una mujer?
R: Bien, aunque siempre hay gente para todo. Sí es verdad que cuando hay un hombre de carácter al frente, la gente dice "¡qué personalidad!", pero si es mujer entonces el comentario es "¡qué mala leche tiene!". Yo tengo una parte muy masculina que me ha sido muy útil en esta profesión.

P: Bailó la Carmen de Gades con él, luego la que coreografió José Antonio cuando usted dirigía el BNE. ¿En qué sobresale su Carmen?
R: Frente a esas Carmen la mía está construida desde la visión femenina. Siempre he pensado que Carmen es un personaje inventado porque a una persona no le da tiempo a hacer tantas cosas como a ella. Yo la bailo muy a gusto, la veo como una superviviente. Tiene sus puntos de humor y luego, la estética es muy bella, siempre cuido mucho este aspecto. La música no es sólo la partitura de Bizet, sino que José Antonio Rodríguez la ha recreado con varias composiciones.

P: La historia de Carmen, de tan básica, es perfecta para ballet.
R: Sí, porque lo más complicado en la danza es contar la historia. Antonio Gades decía que si sale un hombre y le da un beso a la bailarina en la frente, se deduce que es su hija. Pero, ¿cómo explicamos al "cuñao"?

P: Esta Carmen es la misma que estrenó en 2006. Le duran los espectáculos.
R: Es imprevisible. Esta Carmen fue un encargo de un gran teatro de Tokio, Bunkamura, y pensé que no iba a tener más vida después de su estreno. Pero no han parado de pedírnosla. Si lo piensas, Gades se tiró toda su vida con cuatro coreografías. También creía que Permíteme bailarte, sobre la evolución de la danza española, moriría tras su estreno y no han dejado de pedirnos el espectáculo en Europa. Somos una compañía privada, no puedo hacer una producción al año.

P: Y siendo un encargo para el público asiático ¿influyó a la hora de crearlo?
R: El público asiático entiende mucho, es muy exquisito. No vienen a verte un sólo día, sino que vienen dos y tres veces. Pero yo no soy una empresaria que concibe sus espectáculos pensando sólo en el público, y eso que me regañan por ello.

P: Creo que ahora va a abrir una escuela en China...
R: Cerca de Shanghái se construye una ciudad dedicada a las artes y preparamos un proyecto de academia de danza española. En Asia el interés es enorme. Todos los años voy a dar clases a Japón, allí tengo 300 alumnos.

P: ¿Qué me dice?
R: Sí, son alumnos que estudian y que llegado un momento se estancan y necesitan progresar. Entonces se reúnen y organizan grupos para que les dé clases magistrales.