La metamorfosis de Emma Suárez
Un texto de Dürrenmatt siempre es un sólido punto de partida en una producción teatral, pero su puesta en escena son palabras mayores. Blanca Portillo, admirable actriz, aprovecha su prestigio y su racha de éxito en cine y televisión para producir y dirigir un relato corto del autor suizo que leyó con 17 años y que desde entonces ansiaba llevar a la escena: La avería. "Lo leí cuando interpretaba con Fernando Sansegundo Marat-Sade. Él escribe y le pedí que lo adaptara para el teatro. Y no fue tan descabellada nuestra idea porque luego supe que el propio Dürrenmatt había hecho un guión para televisión de la obrita y que en Argentina también se había llevado a la escena", cuenta la actriz.
Los actores están irreconocibles en escena porque "Deben interpretar a unos viejos muy viejos, pero que no actúan como tales. A mí nunca me ha gustado el maquillaje que suele usarse en el teatro." De modo que Portillo se puso en contacto con profesionales del cine que se dedican a la caracterización "y ellos mismos se sorprendieron de que les llamara para un trabajo teatral. Los actores llevan unas prótesis de silicona que obedecen a los movimientos faciales del actor, es decir, que no actúan como máscaras porque se ven perfectamente sus gestos. Los actores se quedaron impresionados cuando se vieron a sí mismos."
La avería trata un tema recurrente en la obra de este singular autor de comedias ácidas, también de novelas policíacas: la distinción entre justicia y ley. "La justicia es un asunto subjetivo, la ley no; la ley se impone sea justa o injusta", explica Portillo. [Leer más]