Víctor Manuel, este martes durante la rueda de prensa de la SGAE. Foto: El Mundo

La SGAE va a quedar en manos de un "director externo e indepediente, de reconocido prestigio". Así figura en el comunicado que esta tarde ha leído Víctor Manuel en la sede de la institución. El cantante asturiano ha comparecido ante los medios acompañado de otros cuatro miembros de la junta directiva entrante de la SGAE: Sabino Méndez, Ernesto Caballero, Caco Senante y Juan Ignacion Alonso. Podría decirse que lo que va a producirse es una especie de congelación de los estatutos en una situación tan excepcional como la que atraviesa la entidad de gestión.

Lo primordial es que, como adelantó esta mañana elcultural.es, la junta directiva elegida en las últimas elecciones designará a ese experto ajeno a la SGAE para que se ponga a la cabeza de una comisión rectora, que estará compuesta "por cuatro autores y un editor". Estos cinco miembros podrán ser o no parte de la junta directiva electa. Y la persona encargada de dirigir este órgano "tendrá un perfil técnico", probablemente en el ámbito económico. Los nombres de todos ellos se darán a conocer el próximo día 12 de julio.

El objetivo la comisión, que tendrá toda la capacidad ejecutiva dentro de la corporación, será "iniciar una investigación interna para depurar las responsabilidades en las que se haya podido incurrir en relación con las prácticas seguidas para la contratación en el departamento de Sistemas e Informática". Es decir, sus pesquisas se concentrarán en la arquitectura fraudulenta diseñada por José Luis Rodríguez Neri, director de la filial digital SDAE y que el juez Ruz ha mandado a prisión por apropiación indebida, administración fraudulenta y un delito societario.

Tras la investigación, la comisión deberá elaborar un informe en el que dé a conocer las conclusiones a las que ha llegado. No se ha fijado a tal efecto ningún plazo. Los cuatro vocales no han querido pillarse los dedos en este sentido. El informe se facilitará a la Audiencia Nacional y la SGAE fundará en él eventuales actuaciones en los tribunales, siempre y cuando estime que se han podido ocasionar daños y perjuicios por la actividades presuntamente delictiva desarrolladas en su seno.

Hasta que no se publique ese informe "queda en suspenso cualquier nombramiento". Y "cualquier destitución", han añadido de viva voz porque este detalle no se recoge expresamente en el comunicado. Por tanto, Teddy Bautista, presidente actual de la SGAE y también imputado por "impulsar" -según señala el auto- la trama de desviación de fondos, se mantiene en la cúpula de la entidad. Eso sí, vaciado en sus facultades ejecutivas, que se depositan por completo en la comisión rectora. Así pues, el veterano dirigente de la SGAE, más debilitado que nunca, de momento aguanta el envite aferrado a su bastón de mando. Caco Senante ha advertido que Bautista "está al corriente" de todas las medidas adoptadas y que "está de acuerdo" con ellas.

El que sí queda apartado de sus funciones director de Sistemas es Neri. Caco Senante ha justificado la mayor dureza con él porque "el juez es quien le ha dado un trato diferente también en el auto". Algo que es cierto -se ha ordenado su ingreso en prisión eludible con la fianza más alta: 300.000 euros-, pero en ese mismo auto el magistrado de la Audiencia Nacional también declara que Bautista auspiciaba sus oscuras maniobras.

Tanto a Víctor Manuel como Caco Senante, Sabino Méndez, Ernesto Caballero y Juan Ignacio Alonso les ha tocado lidiar con una sala rebosante de periodistas deseosos de saber más y más de lo que se ha cocido en la SGAE estos últimos años. Los cuatro han hecho lo que han podido y han intentado salir lo más ilesos posibles. Pero la desconfianza es difícil que se evapore tan rápido, sobre todo la pesa sobre todos aquellos que ha formado de los órganos de gobierno de la entidad en los últimos años. ¿Es posible que no supieran nada de que Neri cuando se puso al frente de SDAE contrataba siempre a su antigua empresa, Microgénesis, para que le proveyese de aplicaciones informáticas? Caco Senante echaba balones fuera: "Él, cuando entró en la SGAE, presentó una certificación notarial en la que acreditaba que renunciaba a su antigua empresa". Una empresa que, por cierto, quedó en manos de familiares y amigos. Bastaba comprobarlo en el Registro Mercantil.

A la palestra también saltaron las dudas acerca de su legitimidad, pues en el auto del juez Ruz figuran grabaciones en las que Neri reconoce haber obstaculizado desde dentro las candidaturas alternativas a Bautista. Víctor Manuel ha sido contundente: "Todas las candidaturas han tenido acceso a los avales. Repetir las elecciones sería una burla para nuestros socios". Sin embargo, José Miguel Sastrón, ante las dudas abiertas por el auto sobre la rigurosidad de los comicios, ya se plantea impugnar sus resultados.

Por su parte, la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde ha pedido comparecer en el Congreso de los Diputados para "explicar la política de su Departamento y, en concreto, de las sociedades de gestión", fundamentalmente de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). La intención de la ministra es comparecer en la Cámara baja "lo antes posible".

Las reacciones políticas ante el escándalo provinieron también del principal partido de la oposición. El Partido Popular (PP), a través de la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, reclamó este lunes al Gobierno que abra una "investigación paralela" sobre la SGAE para saber "dónde han fallado los controles, la inspección y la tutela" que el Ministerio de Cultura debe ejercer sobre el organismo.