El Martirio de San Sebastián de Debussy, por La Fura dels Baus. Foto: Josep Aznar.

El Festival de Peralada cumple un cuarto de siglo con una programación selecta de música y danza. Montserrat Caballé, Plácido Domingo, Roberto Alagna, Rafael Amargo y Carlus Padrissa soplarán las velas.

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  • El Festival de Peralada cumple 25 años y, para celebrarlos, ha organizado una serie de actuaciones en las que lo lírico tiene especial protagonismo. Algo lógico si pensamos que desde siempre la cita instalada a la vera del famoso castillo ha tenido la ópera como elemento primordial, sobre todo en los tiempos en los que era gobernada por Carlos Caballé. Su hermana, la ilustre Montserrat, ha sido una de las luminarias más presentes en la historia de la muestra; y aún lo es, pues, para festejar la efeméride, la soprano todavía tiene arrestos para acometer el domingo un programa belcantista con obras de Niedermayer, Nicolai, Catalani, Gounod y Massenet. Junto a ella su fiel acompañante de tantas tardes, el eficiente Manuel Burgueras.



    El gran fasto operístico se centra en dos obras bien distintas. En primer lugar, un Nabucco de Verdi, en versión de concierto, mañana, en el que también aparecen viejas glorias. Lo es el veteranísimo director Nello Santi, muy práctico hombre de foso, que tendrá a sus órdenes a los músicos de la Orquesta y Coro del Liceo. El barítono Josep Pons apechuga, a sus 65 años, con el papel protagonista, uno de los más exigentes del compositor, el bajo Ferruccio Furlanetto concede carácter a Zaccaria y la potente Maria Guleghina les da réplica en la terrorífica parte de Abigaille.



    Muy buena pinta tiene el anunciado Orfeo y Eurídice de Gluck, que es la segunda propuesta. Cuenta con la apasionada Anita Rachvelishvili, acreditada Carmen en La Scala, para el cometido del cantor de la lira. La cortejan Maite Alberola y Auxiliadora Toledano, dos intérpretes jóvenes y ya muy seguras. El polifacético Gordan Nicolic dirigirá a la Orquesta bandArt y Carlus Padrissa, de La Fura dels Baus, ideará la escena con su fantasía proverbial. La cosa promete, pues se anuncia que la propuesta escénica sitúa la acción en el románico. Tratándose de quien se trata, no cabe duda de que el montaje empleará con profusión recursos audiovisuales, que enriquecerán y enaltecerán la música. Esperemos que no supongan un postizo en exceso decorativo.



    En el resto del cartel, el apartado vocal seguirá articulando las celebraciones por el anviersario. Ya en agosto Plácido Domingo se une a la fiesta para un programa en el que se mezclan la ópera y la zarzuela, género éste en el que su desparpajo habitual da buenos resultados. A su lado, la Orquesta de la Comunidad Valenciana que dirige David Giménez Carreras y la soprano Virginia Tola para un programa de arias y dúos.



    Gran expectación despiertan otras dos voces más jóvenes. La primera es la de la soprano lírica canadiense Sondra Radvanovsky, uno de los timbres más ricos y cálidos de la actualidad, acompañada al piano por Anthony Manoli, y la segunda es la del tenor Roberto Alagna, que compartirá con la soprano Svetla Vassileva un programa con páginas de Saint-Saëns, Halévy, Cilea, Zandonai, Mascagni y Puccini. De nuevo Giménez Carreras en el podio, esta vez con la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña.



    En clave de ballet

    Habrá dos funciones (el 29 y 31 de julio) dedicadas al crítico y programador Luis de Polanco, y encontramos también un apartado con tres atractivas citas balletísticas: El jardín de las delicias, por la compañía de Blanca Li, una singular fantasía en torno al cuadro de El Bosco, una especial actuación de Rafael Amargo, con la colaboración de Ramón Oller, y una Gala de los 25 años encomendada al Ballet de Corella, que compartirá escenario con figuras de la talla de Lucía Lacarra y Alicia Amatriain. Mencionemos por último los recitales de dos tiernos y ya maduros solistas: la pianista Katia Michel y el chelista Daniel Müller-Schott.