Pepa Plana
Antes de unirse a la troupe del mítico Cirque du Soleil el próximo año, la payasa Pepa Plana apura sus bolos por España. Actúa por primera vez en el Festival de Almagro con su exitosa Giuletta.
Con Giuletta, Plana confirmó su posición en el firmamento clownesco, pues es el segundo espectáculo de su carrera tras De pe a pa. Es una libérrima adaptación del personaje shakesperiano de Julieta que a ella le encanta hacer: "Adopto el papel de una actriz a la que acaban de echar de una gran producción teatral en la que hacía de Julieta. Ella no se amilana, se dice que es fantástica la nueva situación porque le permite estar a solas en el escenario haciendo de la joven enamorada. Es más, ahora puede hacer todos los personajes de la obra". Lógicamente, el final dramático de la tragedia no le convence: "Yo no me quiero morir, que se muera Ofelia, que está majara", dice entre risas.
Salirse del guión.
El estilo de Plana tiene un fundamento dramático. En este caso, ha adaptado la tragedia de Shakespeare al lenguaje clown. Harris Gordon y Carles Chamarro, directores del espectáculo, firman con ella la dramaturgia. "Trabajamos a partir de la improvisación. Seleccionamos las escenas y luego las distorsionamos investigando sobre la esencia de cada una de ellas. En realidad, cuando te encuentras una obra muy bien estructurada es fácil traducirla al clown. Shakespeare, además, incluye en sus obras personajes cómicos, aunque sean tragedias", continúa.
Lo que en realidad hace Plana con Shakespeare es salirse del guión, "e incluso añadir cosas que no están en la obra". Confiesa que su fórmula es relativamente complicada: "La comedia no está lejos del drama, si te pasas de la raya con el drama, aterrizas en la comedia".
Desde Giuletta, Plana ha creado tres espectáculos más, el último Penélope, y está a punto de estrenar Éxodo, en compañía del otros dos payasos, Monti (exdirector artístico del Circo Price) y Nan Valentí. Ella, cuando actúa en solitario, es una payasa augusta, de narizota roja y zapatones. Sin embargo, " a veces me convierto en contraugusta", la que estropea las bromas que le quieren hacer los demás. No es una elección premeditada la que hace un payaso a la hora de elegir personaje: "Te vas dando cuenta cómo es tu carácter, si te gusta dominar, llevar a tu partenaire a tu terrero, depende mucho de con quien estés jugando. Yo no me encuentro muy bien como cara pintada".
Formada en el Institut del Teatre de Barcelona, y tras diez años de picotear en varios proyectos como actriz dramática, Plana fundó su compañía para ser clown. "La primera vez que descubrí la máscara fue con el Théatre du Soleil de Ariane Mnouchkine. Luego vi a la suiza Gardi Hutter y me dije que quería ser como ella, pero fue en un taller con Virginia Imaz donde me lancé". Así comenzó su historia como clown, género en el que apenas han destacado las mujeres, pues hay que remontarse a 1835 para localizar a la primera en Inglaterra, Elizabeth Silvestre. "Sí que tengo la sensación de cubrir un vacío. Antes me sentía sola cuando iba a los festivales. Por eso dirigí el Festival de Mujeres Payasas de Andorra, que ya no se celebra pero por el que han pasado unas 80 artistas".
Todavía estará seis meses en España antes de irse a Montreal, donde comenzará el año ensayando el nuevo espectáculo de Cirque du Soleil. "Voy a estar dos años con ellos, haciendo un espectáculo. Me voy a poner en las manos de esta gente que sabe tanto y voy con muchas ganas de aprender. No hice casting, según me dijeron me habían estado siguiendo en mis actuaciones. Voy a trabajar en un espectáculo con otra payasa canadiense y seremos el hilo conductor. Es un lujo".