Escenarios

Futuro imperfecto

Las Naves del Matadero acogen Planeta Lem

22 julio, 2011 02:00

Puesta en escena de Planeta Lem, de Teatr Biuro Podrózy

El mundo futuro pertenece a la novela y el cine. El teatro apenas ha dirigido su mirada hacia la ciencia ficción, como si ya le bastara con los grandes textos del pasado, o los de cada época, para entender el presente. Pero a veces hay excepciones, aunque en muy pocas ocasiones con material original, y sube la ciencia ficción a los escenarios. Como han hecho lo polacos de Teatr Biuro Podrózy con Planeta Lem, una obra que está recorriendo Europa dentro de los actos con los que ese país acompaña la presidencia de la UE y que llega hoy a las Naves del Español, el único lugar donde el montaje, que cuenta con un espectacular decorado móvil, no se representará al aire libre tal y como está concebido.

La puesta en escena le será familiar al público español por el parecido que tiene con algunas propuestas de la Fura dels Baus. Mezcla de géneros escénicos y distintas proyecciones audiovisuales salpicadas con un generoso número de acrobacias habitan este Planeta Lem que pretende, además, reunir y fusionar visualmente las dos versiones cinematográficas de Solaris, la de Tarkovski (1972) y la de Steven Soderbergh(2002).

La producción recorre buena parte de la obra de Stanislaw Lem. El escritor es uno de los popes de la ciencia ficción gracias a novelas que han trascendido el género como Solaris, llevada dos veces al cine, o Ciberiada. La compañía polaca, dirigida por Pawel Szkotak, ha reunido diferentes textos del autor que muestra sus diferentes inquietudes, desde la del filósofo que se pregunta por las grandes cuestiones de la humanidad o las relaciones entre el hombre y las máquinas hasta el que desciende a detalles más triviales y humorísticos, pero se sirve de ellos para contar el presente. Esto es más visible en las partes protagonizadas por algunos de sus personajes más célebres, como Ijon Tichy y el profesor Tarantoga. Ambos conforman una pareja curiosa en la que el segundo existe en función del primero, pues es un profesor universitario que dedica el tiempo a estudiar y ensalzar la vida del intrépido y raro viajero espacial.

Un ajuste de cuentas
Las aventuras de Tichy no son sólo una colección de hechos extravagantes que recuerdan a otros personajes de la historia de la literatura. A través del personaje, Lem ajusta cuentas con la ciencia ficción, se burla de sus colegas y cuela supuestos gazapos de bulto con los que reírse un poco de todos aquellos que se la toman con demasiada seriedad. Pero también va más allá y utiliza parte de Diarios de las estrellas y Congreso de Futurología para mostrar una mirada pesimista sobre el presente y futuro de los hombres. Su agitada biografía hace que Lem proyecte su obra al futuro, a describir primero utopías y más tarde distopías con las que mostrar el presente. Como en Planeta Lem, un supuesto paraíso artificial en el que los hombres viven en paz y armonía gracias a unas misteriosas drogas que unos ciberguardianes entregan a sus despreocupados habitantes.