Escena de Black Out.

Hace siete años la Cuarta Pared de Madrid organiza Territorio Danza, una programación que acoge espectáculos de compañías de danza contemporánea. Desde hoy y hasta el 2 de octubre se representa Black Out, lo último de Jordi Cortés-Alta Realitat, una coreografía que se inspira en ideas asociadas a la luz y a la sombra: la luz como sinónimo de vitalidad y energía, frente a la sombra, pozo de miedos y temores. En ella, Cortés ha pretendido hacer "una reflexión sobre la vida y la muerte", apunta el artista. El título precisamente juega con las ideas de apagón o de desmayo, las acepciones de black out en su traducción al castellano.



Para mostrar ese enfrentamiento entre claridad y oscuridad, Cortés juega también con elementos dispares: añade a la danza textos escritos por Miguel Orbaneja y la emisión de un vídeo en directo. "Amplían el campo de posibilidades, permiten llegar a sitios adonde no podríamos ir sólo con el movimiento", explica. El bailarín estrenó Black Out hace unos meses en Sabadell, donde reside su compañía, y una de las particularidades de este trabajo es que invita"a participar de forma activa al espectador para que comparta ese momento de duda, de no saber lo que puede pasar a continuación con los bailarines-actores".



La obra es el segundo trabajo de Cortés con artistas que tienen algún tipo de discapacidad. Si en anteriores montajes contó con personas ciegas o con afasia, en este caso lo hace con María José Moya, una bailarina afectada por una poliomelitis infantil que sale al escenario en silla de ruedas. "Todos tenemos algún tipo de discapacidad, pero eso no nos impide hacer muchas cosas. Lo que tenemos que procurar es potenciar nuestras capacidades, fomentarlas para que cada uno pueda decir lo que quiere decir, que es mucho".



Además de Alta Realitat, Territorio Danza lo componen otras cinco compañías, de las que dos proceden también de Cataluña (Senza Tempo y Erre que erre), más la coreógrafa y bailarina estadounidense Camille Hanson. A ellas se suman la formación residente de Cuarta Pared, Provisional Danza que dirige Carmen Werner y que este año presenta su último trabajo, Ni ogros ni princesas, los mexicanos de Danza Joven de Sinaloa y la portuguesa encabezada por Víctor Hugo Ponte. Esta última cerrará el festival con Vice-versa, un espectáculo para público familiar.