Escenarios

La sorpresa del teatro puro

Luca Franceschi se sirve de Alberto Castrillo-Ferrer para cuestionar en Ser o no ser los cánones del teatro

24 febrero, 2012 01:00

Ser o no ser. Autor y director: Luca Franceschi. Con Alberto Castrillo-Ferrer. Teatro Fernando Fernán-Gómez. Madrid

Hace unos años Alberto Castrillo-Ferrer sorprendió con el montaje de Ildebrando Biribó; no sólo era una aventura escénica sorprendente, sino esencia de teatro puro. Es fácil definir la idea de sorprendente, aunque a veces dependa de la capacidad de sorpresa de cada cual. Más difícil es explicar la cuestión de teatro puro, sobre la cual también hay divergencias según gustos, formación e incluso estados de ánimo; podemos arriesgarnos. Teatro puro es lo que hacen Alberto Castrillo-Ferrer y el director, autor además de los textos, Luca Franceschi. Teatro puro es la realidad de la ficción, combinada con la magia y la sorpresa de la realidad; es contar con un texto inteligente lleno de humor e ironía, como Ser o no ser, y tomarse a chirigota con un respeto imponente las tragedias de Shakespeare y su truculencia caníbal. Y, por supuesto, teatro puro es contar con un actor casi inverosímil en su capacidad de transformación y complicidad con el público. O sea, Alberto Castrillo-Ferrer.

Ser o no ser sigue la línea de aquel mítico Ildebrando Biribó que nos fascinó. Y en sus disquisiciones sobre la esencia, evolución y cánones del teatro, llega más allá; la rebelión del personaje, que existe como tal, que es de otro mundo, pese al actor que lo traiciona. En conclusión, el personaje secuestra al actor y se expresa con plena libertad: esa libertad falseada por su soporte y mediador, el actor, y más por un director que confunde el culo con las témporas. Esta autonomía posibilita situaciones de un humor corrosivo que cuestionan "recursos" de interpretación y trampas de autor. Castrillo y Franceschi conocen la historia y la modernidad. Pero se ríen de ellas porque lo suyo es más bonito. Lo testifica el público. Y quien esto firma.