Image: La experiencia Bon Iver

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Escenarios

La experiencia Bon Iver

Justin Vernon regresa a Madrid para ofrecer un concierto junto a su banda este domingo en el Palacio de Vistalegre

26 octubre, 2012 02:00

Justin Vernon.

La leyenda precede a Justin Vernon. Se separó de su grupo indie DeYarmond Edison, similar en tonos y maneras a Little Wings, Iron & Wine o The Flaming Lips, con ese brillo folk de tonos introspectivos y orquestales al mismo tiempo, tan pendientes de las bellas melodías como de los sonidos evocadores, vaporosos, que encierran infinitos estímulos por segundo. Y aquella soledad coincidió práctimente con su ruptura de una relación sentimental de varios años. En una remota cabaña en los fríos bosques de Wisconsin compuso y grabó su debut en solitario, el desgarrador y terapéutico For Emma, Forever Ago, que editó bajo el proyecto Bon Iver (una intencionada incorreccion ortogáfica de "buen invierno" en francés, "bon hiver"), y que inesperadamente le propulsó a una clase de popularidad en la que cabían tanto actuaciones para late-nights de la televisión norteamericana como una gira mundial arrastrando multitudes a conciertos concebidos en tono íntimo, casi sacro, de fervorosa devoción.

Su primer álbum, brutalmente romántico, marcó historia en el folk contemporáneo, emergiendo como una pieza indivisible del proceso de aislamiento a lo Thoreau en que fue concebido. La leyenda ya se había escrito. Con su segundo álbum, Bon Iver, al que le precedió el emotivo EP Blood Bank (básicamente los sobrantes de For Emma, Forever Ago) llegó la prueba de fuego. El eclecticismo y la intensidad de la propuesta no solo confirmó que su voz de texturas suaves y registros agudos, capaz de transformar el susurro en una explosión energética con asombrosa organicidad, es sin duda una de las más personales y bellas del folk contemporáneo, sino el talento compositivo de un autor determinado a explorar nuevos territorios, que se ha propuesto forzar los límites del folk-rock, establecerlo en el siglo XXI haciendo acopio de sonidos, instrumentos y ecos sonoros tan deudores de los sintetizadores de los años ochenta como de la belleza electro-acústica del new age.



United Palace, Nueva York. 9 de agosto de 2011. Perth (Bon Iver). Vídeo: Aline Casagrande.

Estructura sus conciertos alternando temas en solitario con interpretaciones con su grupo de ocho músicos, como el saxofonista Colin Stetson, crucial en la determinante sección de vientos que configura el genuino sonido Bon Iver. Quizá el Palacio de Vistalegre de Madrid, donde actuará la noche del domingo 28 (después de recalar en julio en Barcelona y Bilbao), no sea el recinto ideal para el tipo de bolo al que acostumbra a ofrecer Bon Iver, más adecuado para escenarios de teatro, pequeñas salas y espacios de extraordinaria acústica (como, en el mejor de los casos, el concierto que ofreció en Nueva York en agosto de 2011, en el interior de una iglesia de Broadway), si bien es una excelente ocasión para disfrutar de una de las experiencias más memorables de la música popular actual. En su primera actuación en Madrid, Bon Iver viene mostrarnos por qué es un poeta del interior, una genuina estrella indie, un auténtico músico determinado a explorar la belleza y melancolía del folk.