Los actores Teresa Vallejo, Jorge Silvestre, Irene Serrano, Raúl Jiménez, Natalie Pinot y Aaron Lobato en Lorca al vacío. Foto: Yesh!

Sonia Sebastián muestra en la Sociedad Cervantina la cara más experimental del poeta con Lorca al vacío

El Lorca más visceral y surrealista, el autor de Así que pasen cinco años, El Público o Comedia sin título llega a la Sociedad Cervantina el próximo jueves de la mano de la directora Sonia Sebastián, la dramaturga María Velasco y la compañía Teatro de Cámara Cervantes. Bajo el título Lorca al vacío resucita en la institución de la calle Atocha de Madrid la vocación experimental del poeta granadino con un montaje que pretende unir arte y teatro para explorar los límites de la creación y cuestionar sus parcelas tradicionales.



Los artistas Juan Zamora (Madrid, 1982) e Hisae Ikenaga (México, 1977), dos reconocidos valores del arte contemporáneo, han realizado en La Bacía, el nuevo espacio de arte de la Sociedad Cervantina, una escenografía que interpreta, desde las actuales corrientes plásticas, la dimensión existencial, la muerte, la belleza y la alegría de vivir del poeta. Zamora ha proyectado la sombra de Lorca a través de un diálogo entre dos personajes lorquianos en una espectacular mesa de arena que ocupará el centro de la sala principal. Por su parte, Ikenaga ha creado un conjunto escultórico que cuenta con objetos muy particulares y con alguna sorpresa que busca impactar al espectador. "Lorca es un autor fácilmente comprensible desde el arte contemporáneo -explica la directora Sonia Sebastián (París, 1974), finalista del V Premio Valle-Inclán de Teatro por El imaginario de Cervantes-. En sus últimos textos dramáticos ya se percibe una insatisfacción sobre los elementos finitos, concretos, tangibles. Los personajes se convierten casi en figuras abstractas para aludir así al carácter inacabado del teatro, una noción clave para entender también el arte contemporáneo". Para Sebastián, una de las líneas esenciales de su trabajo ha sido la de mostrar una cara inédita del autor de Yerma sin perder de vista ni sus grandes temas ni su fuerte personalidad: "Nos queríamos alejar del Lorca de siempre y, sin embargo, la fascinación que ejercen sus personajes recurrentes impregna el montaje. Se puede decir que, desde la dramaturgia, María Velasco le ha traicionado siéndole fiel. Sucede con los grandes autores, puedes reinterpretarlos y pervertirlos sin perjuicio del perfume de su carácter. Hemos optado por esa ‘perversión' para rescatar su figura de los tópicos folclóricos que la rodean y demostrar con todo ello su ferviente contemporaneidad".



Las palabras de Julieta y los caballos de El Público, la mecanógrafa, el niño y el gato de Así que pasen cinco años y los ecos del Romancero gitano y de La casa de Bernarda Alba podrán escucharse en la Sociedad Cervantina con Lorca al vacío, una obra realizada para ser representada en sus instalaciones: "Hemos trabajado pensando en el lugar donde se representará. En este caso, la propia puesta en escena nace del espacio. El trabajo de los actores, de los artistas y las labores de dramaturgia y dirección han estado vinculadas en todo momento a este escenario", dice Sebastián.