Image: El Baluarte reflota el Titanic

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Escenarios

El Baluarte reflota el Titanic

11 enero, 2013 01:00

Un momento de Titanic.

El pasado año se celebró el primer centenario del hundimiento del Titanic en aguas del Atlántico. Con tal motivo, el Ballet Nacional de Marsella decidió recuperar un ballet estrenado en Charleroi en 1992 por encargo del entonces director del Teatro de la Monnaie de Bruselas, hoy al frente del Real, Gerard Mortier. El coreógrafo Frédéric Flamand y el artista plástico Fabrice Plessi crearon un espectáculo al que añadieron La chute d'Icare (1989) y, más tarde, Ex Machina (1994), constituyendo así una enjundiosa trilogía. El Baluarte de Pamplona nos trae esta tarde el segundo ballet, muy alabado por la crítica por la emoción que se desprende de la unión entre danza y pasado industrial. En efecto, este ballet, que representa el triunfo de la tecnología y que se reestrenó hace muy poco en Marsella, pone de manifiesto cómo el progreso científico favorece la creación de un mundo perfecto y viene a ser una metáfora del fin de una época, expresada a través de una ideologizada reflexión del orden social y de su fin. El iceberg se convierte en símbolo de un desenlace trágico y en elemento destructor de la fragilidad de las sociedades contemporáneas. Los bailarines danzan -sin olvidar el ballet de puntas- con músicas de Ives, Dvorák, Schnittke, Kern y Lang.