Image: Dropkick Murphys vuelven buscando problemas

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Escenarios

Dropkick Murphys vuelven buscando problemas

El grupo bostoniano, insignia del punk celta, regresa a España dos años después de su última visita para presentar su trabajo más reciente, Signed and Sealed in Blood

8 febrero, 2013 01:00

Una vieja barra de madera, astillada y empapada del whisky que desbordan una docena de vasos de chupito dispuestos en una perfecta línea; mesas de poca altura marcadas por los cercos de miles y miles de pintas de Guiness bebidas de dos tragos largos y devueltas con un golpe seco al maltratado barniz, una cegadora cortina de humo de tabaco que impide discernir quién está hablando con quién. En la esquina de la taberna, una partida de billar en una vieja mesa, con las bolas picadas y el tapete agujereado, es motivo de una pelea a puñetazo limpio entre dos gigantes ebrios que terminará cuando a uno se le rompa la nariz, al otro los nudillos o las botellas de cerveza de ambos en la cabeza del contrario, para a continuación acercarse tambaleándose a la barra abrazados, sangrando y a carcajadas para pedir una nueva ronda de Jameson. ¿Qué suena a través de los distorsionados altavoces?

La banda sonora de estas apasionantes, peligrosas e inolvidables noches solo puede correr a cargo de una banda en todo el mundo, con permiso de The Pogues, y esa banda actúa este sábado en la sala La Riviera tras pasar el viernes por Barcelona. Los Dropkick Murphys, hijos de emigrantes irlandeses criados en los barrios de Boston marcados con el trébol, vuelven a España después de visitarnos en 2010 y lo hacen con un nuevo paquete de himnos bajo el brazo, ofreciendo a sus fans sellar un pacto de sangre. Signed and Sealed in Blood se presenta con la declaración de intenciones de su sencillo The boys are back (and they're looking for trouble), una animada invitación a saltar sobre cristales rotos, pelear y brindar entre gaitas y acordeones dignos de desfiles del 14 de marzo por las calles de Dublín y baterías y guitarras que han heredado el espíritu más puro y descarnado del género Oi!

Entre pinta y pinta repasarán, cómo no, los himnos que les han obligado a enarbolar la bandera del punk celta, entre los que destacan el cinematográfico Shipping up to Boston, pero sin olvidar otros cánticos guerreros como Heroes from our past o la revisión del tema popular irlandés Johnny, I hardly knew ya. La itinerante taberna celta de los Dropkick cerrará sus puertas en España después de una larga gira europea para pasar una balleta sucia por las mesas y barrer las colillas debajo de la alfombra antes de reabrir a más clientes con ganas de vivir una noche celta el 21 de febrero en Estados Unidos.