Fotograma de la La vida de Pi, dirigida por Ang Lee y con música de Mychael Danna.

El autor de la música de La vida de Pi es favorito al Oscar a la Mejor Banda Sonora, candidatura a la que concurren también Dario Marianelli (Anna Karenina), Alexandre Desplat (Argo), John Williams (Lincoln) y Thomas Newman (Skyfall).

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  • El gran ausente, lo primero: Howard Shore, con su trabajo en El Hobbit de Peter Jackson, para el crítico del New York Times la mejor banda sonora de esta campaña, en labor que casi supera al de la tercera parte de El Señor de los Anillos: solistas vocales, coro, escolanía, sintetizadores y monumental orquesta sinfónica para una partitura que, en más de dos horas de música, apenas emplea 12 minutos del material de la trilogía precedente. Pero Hollywood le premió dos veces por sus "películas Tolkien"en 2002 y 2004, y ahora ni siquiera lo ha nominado. Notoria omisión.



    Un canadiense, dos americanos, un francés y un italiano compiten este año por el Oscar a la mejor banda sonora de una película. El primero de ellos llega a la ceremonia con más cartas en el bolsillo. Y es que van a ser Ang Lee (dirección) y Mychael Danna (música) quienes se lleven, no el gato, sino el tigre al agua, que es exactamente lo que ocurre en La vida de Pi; la hermosa fiera de Bengala del director chino más respetado en Hollywood se lo va a comer casi todo en la gala de este año, con permiso de Steven Spielberg (director) y John Williams (músico), que en esta edición venían a arramblar con Lincoln, pero Abraham (personaje) le va a tener que pedir permiso a Richard Parker (tigre, así se llama) para acercarse a las estatuillas. Danna (Winnipeg, 1958) tiene 70 películas en su haber desde que empezó a trabajar para el cine en 1987, una cifra impresionante para un artista de 54 años, pero ninguno de sus trabajos previos había alcanzado la notoriedad de este Pi, en el que el compositor fusiona elementos de la música india -el gamelán como conjunto, el sitar, el santoor- con las sonoridades de la orquesta occidental, con un resultado mágico, hipnótico a voces, grandioso en otras, y al que no le falta tema vocal nominado también al Oscar, la Canción de cuna de Pi, delicadamente cantada por Jayashri.



    Que la de Lincoln sea una gran música no puede sorprender a nadie, viniendo firmada por el maestro absoluto de la materia, el octogenario John Williams (Nueva York, 1982), que para la película de Spielberg ha recurrido nada menos que a la Sinfónica de Chicago y a su Coro. Intimismo, grandeza y hasta música instrumental country se unen en un, de nuevo, sensacional logro... que sólo tiene que pasar por el lomo de un tigre de Bengala.



    Uno ya pierde la cuenta de las veces que Thomas Newman ha estado nominado a los Oscars, pero son 10, con ésta, las veces en que este parroquiano de Hollywood (Los Angeles, 1955) se ha aproximado al premio sin tocarlo. Esta vez viene acompañado de James Bond, en el Skyfall de Sam Mendes, primer acercamiento de director y compositor a la franquicia Bond. Newman respeta y cita a sus mayores en la cuestión (John Barry), y recurre a la gran orquesta -perfecta tradición 007- para expresar acción a espuertas, pero también un despliegue de sentimiento/lirismo no siempre usual en la serie. Globalmente, es un excelente trabajo. Lo es menos, casi previsible, el de Dario Marianelli (Pisa, 1963) en Anna Karenina, que trata de reverdecer el galardón de 2008 por Expiación, con idénticos director (Joe Wright) y protagonista (Keara Knightley); como en trabajos previos, el italiano abruma al espectador/oyente con la repetición temática hasta el agotamiento, en este caso un vals y un motivo sustraído a El barbero de Sevilla de Rossini. El recorrido termina en Francia con Alexander Desplat (París, 1961), otro habitual de los premios de la Academia, que este año ha musicado cinco films: el brillante Argo de Ben Affleck aúna lo exótico -arábigo/iraní- con lo sinfónico, en hábil y efectiva mixtura, pero acaso no supera a otros dos de sus productos en esta temporada, La noche más oscura de Kathryn Bigelow ni, sobre todo, sus inventivos pentagramas para la película de dibujos El origen de los guardianes de Peter Ramsey. Pero todo esto cuenta poco, porque el tigre vigila y no descansa...