La cantante Malia.

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  • Tras las apariciones de Michel Camilo, Chick Corea y Vijav Iyer, el ciclo de Jazz del Centro Nacional de Difusión Musical ha reservado la Sala de Cámara del Auditorio Nacional de Madrid a "un todo un descubrimiento vocal", en palabras de su director artístico, Antonio Moral. Se trata de la cantante Malia, que este sábado presenta al público madrileño su cuarto disco, dedicado a la memoria de Nina Simone en el décimo aniversario de su fallecimiento.



    El álbum lleva por título Black Orchid, esto es, orquídea negra: "Que es como era ella -cuenta a El Cultural-, especial y bella, siempre poderosa, misteriosa y mística, negra y sorprendente". No es fácil enfrentarse al repertorio de la gran dama del jazz. "Resulta curioso que, siendo un disco de madurez, que es la única manera de poder enfrentarte a la Simone, cada una de las canciones apunte directamente a la música de mis comienzos". Se refiere a grandes estándares del jazz, como Feeling good, If you go away o My baby just cares for me, que la artista versiona entrañablemente en compañía de un trío de altura integrado por Alexandre Saada (piano, kalimba y vibráfono), Jean-Daniel Botta (guitarra y contrabajo) y Laurent Sériès (batería).







    Malia nació en Malawi, de madre africana y padre inglés. A los 14 años se trasladó a Londres con su familia. Cuenta que fue en las largas veladas del club de jazz para el que trabajaba donde entró en contacto con la "música fundamental" de Billie Holiday, Sarah Vaughan, Bessie Smith, Ella Fitzgerald y Nina Simone, a la que desde entonces considera su "profesora de canto". Además de una "terapeuta" que le ayuda a salvar los obstáculos de su carrera. "Es mi curación y mi calmante, mi fuente de energía. He pasado por momentos complicados durante la grabación de este disco, pero desde que escuché por primera vez Strange fruit siempre ha estado allí para ayudarme, para levantarme y para enseñarme la tradición de su música. Ella es la que me anima a seguir paseando su legado por el mundo".



    Lo que no significa, en absoluto, que haya tenido que renunciar a sus esencias o a sus orígenes. "Mis raíces musicales están y estarán siempre ahí, pase lo que pase". Por versionar Malia entiende ralentizar el tempo (como en su cálido My baby just cares for me) o cambiar las palabras con que se dicen las cosas (como la traducción al inglés de Ne me quitte pas). "Elegí las canciones que mejor conocía y a las que podía aportar algo de mí. Sobre el por qué de cada variación no sabría decirle... Es un proceso imprevisible y accidental".