Ana María Valderrama.



Ana María Valderrama (Madrid, 1985) se impuso hace dos años en la maratoniana final de la XI edición del prestigioso Concurso Internacional de Violín Pablo Sarasate de Pamplona. Nunca antes un español se había alzado con el importante galardón, lo que situaba a esta virtuosa en el punto de mira de programadores, discográficas y demás cazatalentos de la música clásica. La dotación del premio es metálica (10.000 €) pero también simbólica, ya que permite a la vencedora iniciarse en la profesión de solista con el Stradivarius de 1713 que perteneció en su día a Sarasate.



Viene ahora la violinista de grabar su primer disco (en directo, junto a los músicos de la Orquesta Freixenet) y de una intensa gira de conciertos, fuera y dentro de España, pero asegura que cada día que pasa se siente con más fuerzas y ganas que al principio. "Estoy en un momento pleno de mi vida. He invertido los últimos años en buscar mi camino en la música. Y por fin mis esfuerzos están dando sus frutos".



Durante el concierto de esta tarde la acompañará el pianista francés David Kadouch, también de 27 años, con el que ha compartido sus días como estudiante de la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid. "No es imprescindible conocer a los músicos antes de compartir escenario, pero sin duda ayuda a crear una conexión y una complicidad especial". Allí recibió de manos de la Reina la distinción de Alumna más sobresaliente de la Cátedra de Violín y debutó en 2006 acompañando en una velada al maestro Zubin Mehta. "Son recuerdos que siempre llevo conmigo y que me ayudan a seguir adelante a pesar de las dificultades. Todos los conciertos son especiales, y yo intento entregarme al máximo siempre que salgo al escenario. Aún así, puede que una de las experiencias más bonitas de mi carrera fuera el concierto de celebración del 70 cumpleaños de la Reina, donde pude tocar junto al maestro Zubin Mehta. Fue una experiencia inolvidable".



Para Valderrama las sonatas y preludios para violín y piano del programa que abordarán en la Sala Roja de los Teatros del Canal pertenece a un estadio intermedio entre el recital y la música de cámara. "A fin de que los instrumentos puedan dialogar, intentamos crear una relación muy cercana, de escucha máxima: hacer música de cámara a un nivel muy íntimo". Han querido abarcar muchos estilos diferentes, desde una sonata de Beethoven, hasta Brahms, pasando por Ravel y Shostakóvich. "Creo que para el público es más interesante y enriquecedor escuchar un concierto con obras muy variadas".



Surtido variado. El pograma que ofrecerán está compuesto por la Sonata para violín y piano en la mayor, op. 12 n° 2 de Beethoven; una selección Preludios para violín y piano op.34 de Shostakóvich; Tzigane de Ravel; la Sonata para violín y piano n° 3 en re menor, op. 108 de Brahms, y, para terminar, la Introducción y Rondó caprichoso de Saint- Saëns.