El proyecto Cities on Stage, apadrinado por la Comisión Europea en el marco de su programa Programa Cultura, tiene ese objetivo. Comandado por Jean Louis Colinet, director del Theâtre National de la Communauté Française Nacional de Bruselas, ha puesto a colaborar diversos teatros europeos: aparte del dirigido por Colinet, están embarcados Folkteatern de Gotemburgo, el Odéon-Théâtre de l'Europe, el Teatrul National Radu Stanca y el Teatro Stabile de Napoli.
Para Colinet, Cities on Stage es "un instrumento eficaz para combatir el resurgimiento de los nacionalimos dentro de Europa durante la crisis económica". Y denunciar la rudeza de algunas medidas adoptadas por gobernantes europeos en los últimos años, que "se arriman peligrosamente a la xenofobia, como la expulsión de los gitanos rumanos de suelo francés". "Al fin y al cabo", remacha, "lo que pretendemos es unir la poesía y la política en el teatro". Estas explicaciones las ha ofrecido Colinet en el Teatro de la Abadía, que es el componente español en esta iniciativa.
El espacio regido por José Luis Gómez acogerá desde el sábado hasta el jueves una producción del Folkteatern de Gotemburgo. Es la obra del dramaturgo sueco Lars Norén Fragmente. Un pieza dura, que comprende un mosaico de situaciones personales ancladas en la aspereza del mundo: un taxista que intenta olvidar su recuerdo en los Balcanes, una enfermera embarazada del marido de otra, un adolescente que rechaza a su padre y se pinta la cara de negro... "Es cierto que son historias duras pero las obras de Norén nunca resultan pesadas, por el humor, siempre presente, y por su profunda humanidad, que se aprecia en el amor con que construye sus personajes", ha comentado Ulrike Josephson, directora del Folkteatern.
Norén es uno de los dramaturgos de más prestigiados de la escena escandinava. Es lugar común considerarle el principal heredero de Strindberg pero Josphson ha precisado: "Él se considera mucho más cerca de Ibsen. Con Strindberg siempre ha mantenido una relación de amor-odio". En sus comienzos fue la poesía el género al que dedicó sus desvelos creativos. Pero en los 80 dio el salto al teatro. Su obra ha transitado de un realismo social descarnado y grandilocuente a una concentración de su lenguaje escénico, cada vez más directo y esencial, acercándose cada vez más al silencio.
José Luis Gómez, que ha anunciado que en mayo llegará a la Abadía otra de las producciones de este proyecto ("la conmovedora Exile), ha emplazado al público madrileño a "encontrarse con una de las más importantes tradiciones de escritura dramática y de interpretación escénica de toda Europa".