Image: Romeo y Julieta bailan en verso

Image: Romeo y Julieta bailan en verso

Escenarios

Romeo y Julieta bailan en verso

12 abril, 2013 02:00

Marina Jiménez y Aleix Mañé en Romeo y Julieta. Foto: Jesús Vallinas.

La Compañía Nacional de Danza vuelve al Teatro Real del 16 al 27 de abril con 'Romeo y Julieta', nueva versión del coreógrafo Goyo Montero del ballet con música de Prokófiev. Koen Kessels dirige a la Sinfónica de Madrid.

  • Canal Spotify de El Cultural: escuche la música de este artículo
  • Romeo y Julieta es la segunda aproximación del coreógrafo Goyo Montero (Madrid, 1975) a un texto de Shakespeare tras la deconstrucción del moro de Venecia de aquel Desde Otello. "Elegí el texto por varias razones", cuenta a El Cultural Montero, que desde 2008 dirige el Ballet de la Ópera Estatal de Núremberg, donde se estrenó su inmersión en el conflicto de Capuletos y Montescos. "Se trataba de mi primera creación para la compañía y quería trabajar sobre una pieza que conocía bien. Había bailado otras versiones, como las de John Cranko y Kenneth MacMillan, conocía la música de Prokófiev de memoria y siempre había soñado con poder profundizar en la psicología de los personajes".

    Fiel a estos principios, Montero, Premio Nacional de Danza 2011, se centra en la figura de la Reina Mab y su influencia en los sueños, el destino y la muerte. "El personaje aparece como tema del famoso monólogo de Mercucio y en esta versión adquiere protagonismo al convertirse en hacedor, bardo y narrador del drama de los amantes condenados por el odio ancestral de sus familias".

    La obra renuncia a la prosodia shakespeareana (salvo en las breves introducciones de cada acto) y a cualquier intento por traducir la palabra en movimiento. "Se trata de destilar al máximo las emociones que ya de por sí transmite la danza, que bebe de muy diferentes fuentes y ofrece una paleta enorme de posibilidades". No disimula su Romeo y Julieta las referencias al cine de Zeffirelli ni a los números musicales de West Side Story en una emocionante sucesión de escenas grupales -casi acrobáticas- combinadas con poéticos pasos a dos que contienen todo el meollo amoroso.

    Para Montero, "Julieta es una mujer moderna en un tiempo arcaico y el único personaje que decide su destino durante todo el relato". Reconoce haberse permitido alguna que otra licencia argumental, como la de "sintetizar las figuras del padre, la madre y el ama de Julieta en un personaje bipolar que encarna el poder de la mujer en la obra", aunque siempre a favor de la comprensión de la historia.

    Ha querido también que Mercucio recuperara toda la profundidad dramática del texto original, al contrario que en otras versiones clásicas del ballet. En ese sentido, la música de Prokófiev, en manos de la Sinfónica de Madrid y el director Koen Kessels, juega a favor de las intenciones sensitivas del coreógrafo. "Hablamos de una de las partituras más sublimes que se han compuesto para ballet. Y lo es porque te permite ver a los personajes con los ojos cerrados. Explica la historia sin ser descriptiva. Es imposible no llorar ante tal manumisión de belleza". Defiende, sin embargo, la libertad interpretativa del espectador. "Entiendo la danza como una expresión abstracta y mágica. Del interés y la sensibilidad de cada persona del público dependerá el efecto que pueda llegar a producir".

    Tras la gala de presentación el pasado 14 de marzo de la Compañía Nacional de Danza Clásica, subdivisión de la CDN, el Teatro Real vuelve a apostar por el proyecto de su nuevo director, José Carlos Martínez, decidido a favorecer el acercamiento de un público más amplio e impulsar la proyección nacional e internacional de la compañía. Las ocho funciones de Romeo y Julieta (repartidas entre el 16 y el 27 de abril) vienen avaladas por las buenas críticas que recibió tras su estreno en Núremberg hace cuatro años. "Es un privilegio poder traer a España, en colaboración con los fabulosos bailarines de la CND, esta obra-amuleto a la que le debo tantísimos buenos momentos".