Image: Barcelona, de dos en dos

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Escenarios

Barcelona, de dos en dos

10 mayo, 2013 02:00

Ferran Carvajal y Francesc Orella en El extranjero. Foto: David Ruano.

Las salas de la Ciudad Condal han dado con un antídoto a la crisis del sector: obras con sólo dos personajes sobre el escenario. Economía de medios y derroche de ingenio marcan el ritmo de autores y directores. La proximidad con el público es lo que manda.

Coinciden en la cartelera barcelonesa varios montajes para dos únicos actores. No sólo en salas independientes o de pequeño formato, también los grandes teatros públicos, como el Lliure, comienzan a apostar por los tamaños más reducidos y estrenan espectáculos que les permiten capear el temporal de la crisis sin zozobrar demasiado.

El director valenciano Carles Alfaro pensó hace ya varios meses en adaptar a la escena El extranjero de Camus. La primera versión le salió para nueve actores. En la segunda eran cinco. La que finalmente puede verse en la sala de Montjuic sólo precisa dos intérpretes: Ferran Carvajal y Francesc Orella. Dice el adaptador y también director que el paulatino adelgazamiento obedeció a razones estéticas, pero reconoce que de no haberlo hecho "habría sido totalmente imposible estrenarla, por razones de presupuesto". Para Alfaro, la cruda realidad de la crisis afecta sobre todo a los repartos. "Podemos reducir metros cuadrados de escenografía o aguzar el ingenio para abaratarla, pero prescindir de actores es lo más inmediato, aunque así se empobrezca el proyecto artístico". Según Alfaro, no hay director hoy que no tenga en cuenta los costes de producción. No sabe aún qué será lo próximo, pero sabe con seguridad que encajará en el pequeño formato.

Repartos tan minimalistas son sinónimo de nuevos retos. Lo sabe la compañía Gataro, residente de la independiente Almeria Teatre, y también su productor, Víctor Álvaro. Porque si pudieron plantearse producir su último espectáculo, Com dir-ho?, fue gracias a la doble pareja: la formada por autor (Josep Maria Benet i Jornet) y director (Xavier Albertí) y la actoral: Jordi Boixaderas y Claudia Benito. "No habríamos podido asumir un elenco mayor", afirma Álvaro, para quien el público tiene su propio modo de reaccionar a la crisis: "No todos los días se puede tener a Jordi Boixaderas a cuarenta centímetros. En estos momentos, lo que se busca es la proximidad con las personas".

Ni siquiera los autores pueden permitirse el lujo de ignorar los presupuestos: "La proliferación de obras de dos personajes, e incluso monólogos, es consecuencia directa de la crisis y de la subida del IVA", dice Guillem Clua, autor de uno de los éxitos más clamorosos de la temporada, Smiley, comedia romántica para dos actores que se estrenó en la muy alternativa sala FlyHard pero que muy pronto conquistó otras mucho más comerciales, donde sigue sumando espectadores. "Ahora un texto de cuatro personajes está considerado una superproducción". Opuesta es la postura del veterano Josep Maria Benet i Jornet: "No dejaré de escribir lo que a mí me plazca, aunque sé que hay obras que no podré estrenar. No pasa nada. Que no se estrenen. Lo que no quiero es amoldarme a las condiciones de la crisis".

Benet i Jornet es autor de Com dir-ho?, tercera parte de un tríptico para dos personajes. Se trata de tres obras breves, de poco más de una hora de duración, que el dramaturgo decidió escribir después del pinchazo de uno de sus textos más largos. Aunque brevedad y pequeño formato no son antónimos de calidad ni de aspiraciones: "Creo que Soterrani es una de las obras más ambiciosas que he escrito", afirma el autor, que no quiere ni oír hablar de oportunismo a la hora de dar a luz estas tres obras suyas. "Obras para dos personajes hay muchas y ha habido siempre".